1. Cazador cazado


    Fecha: 05/02/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Jere, Fuente: CuentoRelatos

    ... estás mojada. ¿No es así?
    
    V: -No. No es así.
    
    Bajé mi mano acariciando su cuerpo, ese cuerpo que tanto deseaba y que me había regalado tantas pajas a su nombre. Ahora tenía la oportunidad de hacerlo realidad.
    
    Toqué su entrepierna sobre su ropa y percibí algo de humedad y el calor de su sexo.
    
    Era claro que este juego le gustaba tanto como a mí.
    
    Sabía por nuestras charlas que disfrutaba del BDSM, de la sumisión y sin dudas ese “forcejeo” y la cuestión de poder le estaba generando excitación.
    
    Sin perder más tiempo le terminé de desabrochar la camisa y di un paso hacia atrás. Sabía que no se la iba a prender otra vez pero lo que hizo me tomó por sorpresa.
    
    Ella avanzó besándome, me giró quedando yo contra la pared.
    
    Se quitó el corpiño y me ató las manos al frente quedando a la altura de mi pene.
    
    Ella me agarró las muñecas y empezó a frotar su concha en mis manos. Sin perder tiempo quise besar sus pezones, seguía con la camisa puesta pero con los pechos al aire.
    
    Me agarró fuerte de la cara con la mano que tenía libre frenandome y dijo “NO”; seguido de “cuando yo te lo ordene”.
    
    Automáticamente me excite más aún. De ser el cazador me convertí en su presa. Ahora era ella quien me tenía en sus garras.
    
    Siguió frotándose y me ordenó “Abrí la boca y chupame los pezones”. ¡No perdí ni un segundo!
    
    Ella desabrochó y bajó su pantalón ...
    ... negro y la tanga y yo entendiendo lo que seguía busqué su clítoris e hice una pequeña presión mientras ella movía su cadera hacia adelante y hacia atrás. Literalmente me había convertido en su juguete sexual. Me sentía usado, ingenuo y humillado. ¡Y me encantaba!
    
    Esteban: -¡Qué rico Vane! Ahora te voy a cog... *Me interrumpió.
    
    Vane: -No. ¿Aún no entendiste como es la cosa?
    
    A continuación aceleró el vaivén de su cadera y convulsionó en un rico orgasmo.
    
    Me miró con una sonrisa enorme y un brillo especial en sus ojos. Se quitó un zapato, bajó su tanga y frotandola por su vagina la impregnó con sus jugos y mientras me desataba las manos dijo:
    
    Vane: -Tomá, un pequeño regalo porque te portaste muy bien. ¿El baño?
    
    Esteban: -Es por ahí. -Indicándole la dirección.
    
    Ella se higienizó, acomodó su ropa (la que le quedaba, je) y salió.
    
    Vane: -Ya me tengo que ir querido pero creo que voy a pasar a saludar más seguido eh.
    
    Esteban: -¡Por mí encantado! -Dije con una sonrisa.
    
    Además aún me debes...
    
    No me animé a terminar la frase. Estaba claro quien llevaba las riendas y daba las órdenes.
    
    Cuando ella se fue me fumé un cigarro, hablé con mi jefa informando que ya había terminado mis tareas por lo que me autorizó a salir.
    
    Al llegar a mí casa me masturbé una, dos, cinco veces. Quedé tan agotado que me dormí con su ropa interior en mi mano.
    
    Fin. 
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