De cómo Eva y yo nos vimos otra vez
Fecha: 13/02/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Raskolnikov, Fuente: CuentoRelatos
Inma trabaja en una gestora financiera internacional como administrativa en la que lleva desarrollando sus funciones desde hace quince años. Yo trabajo como comercial en un concesionario de coches de una marca de alta gama, por lo que tengo un empleo algo flexible.
Después de haber visionado la grabación de la cámara de vigilancia, estaba más caliente que nunca, con una calentura que me consumía el cuerpo y deseando no obstante a Eva, la jefa de mi mujer.
Sucedió que debido a una huelga en el transporte público, tuve que acercar a mi mujer a su trabajo, así que la dejé a poco más de cien metros del edificio de oficinas con tal de no entrar en la calle dónde se encontraba ubicado ya que este hecho me ocasionaba tener que dar un gran rodeo. Al arrancar el coche de nuevo, miré por el espejo retrovisor y observé que Eva venía caminando por la acera y que recién se había bajado de un taxi, abrí la ventanilla del lado del acompañante y le hice el gesto de que se acercara. Asomó su cabeza por la ventana y sonriendo me dio los buenos días.
- Estás guapísima, le dije y sonriendo pícaramente contestó "Por algo será".
- Tengo algo que quiero que veas ¿cuándo podemos tomar un café?
- Recógeme aquí mismo a las 6 de la tarde, contestó.
Como en mi trabajo es habitual salir a enseñar y acompañar a clientes a probar coches, podía permitirme salir y no levantar sospechas.
El día transcurrió en general bastante aburrido, había cerrado una operación de venta a un nuevo ...
... cliente que se había encaprichado por otro modelo y había entregado el suyo con menos de un año porque le gustaba cambiar. Así que a las 5,30 recogí mi portátil y me marché.
A las 6 en punto apareció Eva puntual, se montó, me dio un beso y nos marchamos.
Fuimos a una zona alejada, a una cafetería típica de las afueras, tomamos ella un té y yo un vino blanco.
- Bueno, que era eso que querías enseñarme.
- Aquí no, vamos a un sitio más discreto, dije.
En enero a casi las 7 de la tarde ya es de noche y además comenzó a llover fuertemente. Conduje a una zona de un polígono industrial a medio construir con zonas con poca o nula iluminación y muy frecuentado por parejas en busca de intimidad.
Aparqué y activé el seguro de las puertas, saqué mi portátil del maletín y lo encendí.
Al momento le puse el vídeo.
Estuvimos viendo en silencio, yo con una erección más que considerable.
- Que cabrito, ¿Cómo los has grabado?
- Instalé una cámara oculta.
- Pues se lo han pasado muy bien, así el cabrón de mi marido me tiene abandonada.
No esperé a que dijera nada más, había recogido ya el portátil, así que me acerqué a Eva y le planté un beso sin fin.
Afuera la lluvia arreciaba, el sonido fuerte y monótono de la lluvia invitaba a arrimarse más. Con mucha dificultad, sin salir afuera primero se pasó Eva a la parte trasera del coche y después, haciendo verdaderos esfuerzos de contorsionismo me pasé yo.
Continuamos besándonos como dos adolescentes, encendidos y ...