1. Phuc de Vietnam (II)


    Fecha: 14/02/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos

    Hay ciertos sucesos que marcan para siempre el devenir del resto de tu vida. Son sucesos que no pueden ser cambiados ni atenuados.
    
    Ponerle los cuernos a mi novia con mi antigua compañera de trabajo, que además era la mujer de un buen amigo y madre de su hija es uno de ellos. Sin vuelta atrás ni remedio.
    
    Quería salir corriendo de la casa. Quería darle a rebobinar. Quería que no hubiera sucedido, volver a mi vida de hacía una hora. Una vida sin problemas, sin el conflicto brutal que acababa de generar. ¿Cómo podía haberme dejado llevar por mis partes bajas de esta manera?
    
    Con la cabeza fría analicé la situación. Y Phuc tenía razón, no podía presentarme de vuelta a mi casa oliendo a sudor seco y sexo. Me tenía que dar al menos una ducha antes de irme.
    
    Contesté a Nico que quizá no podría pasar hoy debido al trabajo. No podría aguantarle la mirada. Dejé la caja en el suelo y me fui al baño. Al pasar la vi tumbada boca arriba en su cama con los brazos detrás de la cabeza, todavía desnuda, mirando al techo como pensativa. “Joder qué buena está” pensé. “Quítate eso de la cabeza!” me dije inmediatamente.
    
    Me metí en el baño y cerré con cerrojo. El espejo y lavabo estaba a la derecha de la entrada y la ducha enfrente. Me quité toda la ropa. Mi polla se había agrandado otra vez un poco al ver en la cama a Phuc, sin llegar a empalmarme. La tenía colgando como un plátano dando bandazos de un lado a otro mientras me movía. Cuando me fui a meter en la ducha me di cuenta de ...
    ... que no había toalla. “Mierda!” Iba a tocar secarme con mi polo o lo que encontrara por el baño. ¿Por qué coño no había toalla en el baño? ¿Ni siquiera una usada?
    
    Abrí el grifo y me duché rápidamente, en un minuto había terminado. Mi polla seguía igual de alegre. Cómo cojones podía seguir tan caliente? Me había corrido hacía poco pero mis huevos todavía no estaban vacíos. De verdad que estos tres días y la excitación habían llenado el depósito como para durar un largo invierno. A pesar del remordimiento la imagen de Phuc en la encimera estaba volviendo a mi cabeza y no la podía apartar.
    
    Salí de la ducha y empecé a buscar algo en los cajones con lo que secarme. Nada. Entonces oí unos pequeños toques en la puerta.
    
    - Necesitas una toalla? – dijo Phuc desde el otro lado
    
    - Sí, cómo lo sabes? – pregunté inquisitoriamente
    
    - Eché a lavar todas las toallas al llegar a casa y estoy oyendo cómo abres los cajones. No hay nada – respondió
    
    Qué casualidad.
    
    - Abre, tengo una aquí – siguió
    
    - Estoy desnudo! – dije molesto. Me estaba incomodando ya la escena
    
    - Abre un poco solo la puerta y te la doy…. – empezó a decir. Tras una breve pausa como dubitativa, terminó - …además ya no hay nada que ver que no haya visto
    
    ¿Cómo se permitía esa frivolidad en este momento? ¿No sentía ella ningún remordimiento? Aunque si soy sincero, escuchar eso me excitó un poco más.
    
    Con cuidado de no resbalarme por lo empapado que estaba, caminé hacia la puerta con el rabo algo más crecido ...
«1234...9»