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Phuc de Vietnam (II)
Fecha: 14/02/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos
... esta vez sonriendo y agachando ligeramente la cabeza en señal de vergüenza. Me volvió a mirar y con cuidado soltó las siguientes palabras. - Me ha gustado lo que ha pasado…sé que no está bien, pero me ha gustado. Lo necesitaba también. Y si tenía que pasar, me alegro de que haya sido contigo – qué había querido decir? Soy algo más para ella que el primero que pasaba por aquí? Se me enfrió la cabeza. Se detuvo un momento como queriendo decir algo pero sin llegar a decirlo. Su mente parecía estar ponderando. Una vez tras un par de bebidas en un calentón durante un mal momento era de alguna forma excusable, al menos para algunas personas. Pero eso ya había sucedido. A continuación soltó la bomba – si quieres…te puedo ayudar con eso – dijo señalando vergonzosamente a mi polla – después de todo, soy la culpable. Me quedé estático. Durante un momento nos quedamos mirando, indecisos. La situación era diferente a la anterior. Antes había deseo, lujuria, liberación, decisión. Ahora todo iba más despacio, con más cuidado, cautela…y sentimiento. Mi silencio fue tomado como consentimiento y Phuc decidió dar un par de pasos hacia adelante hasta quedarse a centímetros de mí. Agachó la mirada y con delicadeza rodeó con su mano mi polla todavía sin erguir. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Levantó la mirada. Era profunda, penetrante. Empezó a subir lentamente la piel de mi polla. Cuando llegó al final volvió a bajarla con cuidado. Siguió el movimiento rítmico lentamente ...
... mientras nos mirábamos a los ojos sin decir una palabra. Mi corazón latía rápidamente y sentí su respiración acelerarse. Tras unos cuantos segundos decidió subir su otra mano y ponerla sobre mi pecho suavemente provocando una sensación cálida en mí. Creo que le gustaba la sensación de tocar un cuerpo entrenado, no era a lo que estaba acostumbrada. Mi polla creció en su mano en cuestión de segundos según me pajeaba hasta llegar al tamaño que había alcanzado antes en la cocina. Phuc bajó entonces la mirada y la volvió a subir mientras esbozó una sonrisa infantil a la vez que angelical. Me gustaba cómo se estiraban sus achinados ojos cuando sonreía. Yo sonreí también esta vez. Estaba más relajado. Estaba a gusto con ella. Estaba disfrutando. A la vez que me seguía pajeando a un ritmo lento pero constante, su otra mano empezó a deslizarse sobre mi pecho en dirección a mi hombro para después pasar a acariciarme el antebrazo e intentar rodearlo. Volvió a sonreír mientras daba pequeños apretones a mi bíceps. Definitivamente le gustaba mi cuerpo. Había dos opciones. La primera era dejar que Phuc me terminara de pajear para aliviarme y después marcharme. La segunda era plantarle un beso en la boca y ver qué sucedería después. Esta vez sería yo quien tomase la iniciativa. Mirándonos a los ojos, acerqué mi boca a la suya. Ella no se movió. Mis labios tocaron delicadamente los suyos. Primero un pequeño contacto, y otro, y otro. Empezamos a besarnos a un ritmo lento, como el de su mano ...