Inicios
Fecha: 15/02/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: sireleo, Fuente: CuentoRelatos
... peligro su reputación, que estaba casada y que sus amigas conocían a su marido. Le dije que no me importaba, que eso era por sus anteriores lindezas hacia mí en el restaurante. Es más, ahora delante de todos me vas a invitar a quedarme a cenar, con vosotros, eso la aterrorizo aún más, pero esta vez no dijo nada, sólo se dispuso a echar a andar, pero la pare en seco y le dije que aún me tenía que limpiar los dedos, pues los tenía pringosos de sus jugos. Volvimos al restaurante y como se iba haciendo costumbre sin hablar, ella delante y yo detrás de ella, al entrar al restaurante hizo ademán de ir al baño, pero la cogí fuertemente, pero con disimulo del brazo y le susurré que a dónde iba, me dijo que, a enjuagarse la boca, pero le ordené que, de eso nada, que una zorra como ella tenía que llevar el sabor mío en su boca, otra vez obedeció sin rechistar.
Cuando comentó que me había invitado a cenar, al único que le extraño fue a Miguel, por lo que supuse que las otras dos señoras no conocían el carácter de mi loba, pero en fin pensaría que el trabajo que le llevé había merecido la pena.
Me senté entre medias de Ana y Rocío, pues así se llamaban ellas, y empezamos a cenar y a tener una charla muy amena, pues pude comprobar que fuera del ambiente laboral sabía desenvolverse muy bien, yo entre plato y plato iba conectando y desconectando el vibrador, la verdad que me hacía gracia ver los esfuerzos que hacía porque no se le notase, pues yo siempre aprovechaba los momentos que ...
... hablaba ella para conectárselo.
A la hora del postre se lo dejé conectado, y se corrió vaya que, si se corrió, se tuvo que coger al brazo de Ana, pues casi se desmaya, sus amigas y Miguel se preocuparon, pero supo salir, pues dijo que había tenido un día agotador y que sólo era un pequeño mareo.
Ahí la dejé tranquila y me dediqué a charlar con sus amigas, dándome cuenta de que eso aún la ponía más enferma pues se sentía desplazada y un poco celosa, esto lo supe luego, en ese momento solo quería ver sus reacciones.
Terminada la cena, pagada toda por ella, y hablando con sus amigas les comenté para que ella lo oyese, que hoy había sido un día muy duro de trabajo, fíjense cuanto que a mi jefa no le ha dado tiempo ni de cambiarse, a lo que casi al unísono las dos dijeron que ya se habían dado cuenta, pero que también era normal que estando entre mecánicos hoy no oliese precisamente a rosas. Me reí por dentro y la miré pues ambos sabíamos a qué olía, aunque ella lo único que hizo fue bajar la cabeza.
Nos dirigimos hacia la calle y Miguel dijo que se retiraba, pues estaba cansado y tenía que madrugar al día siguiente. Mi loba dijo que ella también se iba a dormir, ahí aproveché yo para decirles que como las tres habían bebido, que yo las llevaba si no les importaba subir en mi viejo coche, pero Ana estuvo más viva y le dijo a la loba que por qué no me dejaba llevar su coche y así lo sacaban del parking y que luego me diese para un taxi y yo me bajase en su casa, cosa que ...