1. Torturando a mi sumiso


    Fecha: 18/02/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... preguntar.
    
    “Pedro. No empeores las cosas. Sabes que no me gusta repetir una pregunta. Contesta”.
    
    Y yo, con un hilo de voz y toda la rabia contenida en mi interior, te dije:
    
    “Soy la puta de Laila. Pero no soy ningún mentiroso”
    
    No podía escucharte, pero sentí perfectamente tu decepción. Escuché tus pies descalzos salir de la estancia y volviste al cabo de unos minutos que se me hicieron eternos. El factor tiempo jugaba claramente en mi contra y sentía los pezones arder de dolor… pero no pensaba concederte una victoria basada en una posición de abuso de poder tan solo porque fuera tu opinión, así que aguanté apretando la mandíbula mientras sentía mi corazón latir de forma acelerada.
    
    Sentí que colocabas cinta americana en mi frente e imaginé que la colocabas contra la mesa. Lo que sé es después de un buen rato no podía mover el cuello ni un centímetro. Entonces sentí que colocabas algo en mi cara. Parecía una prenda de vestir y no entendí bien lo que estabas haciendo, pero estaba tan concentrado en aguantar el dolor que no me di cuenta que era una toalla hasta que me dijiste:
    
    “Cariño, esto no te va a gustar. Esta tortura la hacían en la Inquisición, y la hacen en Guantánamo y otros países. Como vas a comprobar es angustioso y puede provocarte encharcamiento en los pulmones, así que te aviso de dos cosas. La primera es que si no quieres que empiece a arrojar agua sobre la toalla, me digas ahora mismo lo que quiero escuchar. La segunda es que si eres tan putamente ...
    ... orgulloso, al menos cuides un poco de ti y no me decepciones más. Porque he leído mucho sobre lo que voy a hacer y no me gustaría llegar hasta el final. Es tu responsabilidad. Tú sabrás”.
    
    Por primera vez desde que soy tuyo, sentí miedo. Noté determinación en tu voz. No pensabas parar, y yo, a pesar de lo que decía mi cabeza, empezaba a tener dudas. Pero un fuego interior de orgullo me mantenía firme, y contesté:
    
    “No soy ningún mentiroso. Lo sabes bien, mi amor”.
    
    Entonces te reíste y sin solución de continuidad comenzaste a echar agua sobre mí. El agua traspasaba la toalla y como la arrojabas constantemente, no tenía tiempo para respirar, provocándome varias veces una sensación horrible de ahogamiento, y una angustia como no había sentido jamás.
    
    Entonces paraste, y yo pude recuperar algo de oxígeno entre toses y ganas de vomitar. Mientras tanto, gemía y lloraba diciendo:
    
    “Por favor, por favor, por favor… Laila, no me hagas esto… por favor”.
    
    Muy seria contestaste con una pregunta:
    
    “¿Qué eres, Pedro? Quiero escucharlo”
    
    Y con un hilo de voz, llorando, contesté:
    
    “Soy la puta de Laila. Pero no soy un mentiroso”
    
    Entonces noté como el agua volvía a empapar la toalla, traspasándola y colándose sin solución de continuidad en mi garganta. Como no parabas de arrojarla, no podía respirar y sentí que tragué muchísimo agua a la vez que notaba mis pulmones estallar, con una presión en el pecho que no había sentido nunca. Estaba mareado y tenía ganas de vomitar. ...