Éxtasis en un domingo lluvioso
Fecha: 18/02/2025,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Yasemin, Fuente: CuentoRelatos
... en otra cosa. Todo lo que he vivido antes con él no será comparable a lo que está a punto de hacerme. Ya estoy temblando de placer. Y no sé qué haré si cambia de opinión...
Sexo anal por primera vez
Y finalmente siento el material frío y suave deslizándose enérgicamente contra mi ano, brevemente alrededor de él, luego presionándolo suavemente. Por primera vez en mi vida amorosa me conquistan analmente. No pensé que sería tan emocionante. Estoy sudando de placer y anticipación. Mi regazo arde desde hace mucho rato, porque Fernando no deja de deleitarme con su masculinidad incansable de manera constante y persistente. Me presiono un poco contra la punta del consolador y trato de mantenerme relajada a pesar de mi tensión, que es casi insoportable en este punto de atrás. Respiro profundamente, suspiro ruidosamente y lo asimilo, poco a poco. Y lo empuja maravillosamente dentro de mi burbujeante interior, que ya espera con más anhelo esta vara de amor desconocida, nunca sentida, que me masajea, calienta y despierta en mí sensaciones sexuales que no pueden ser más placenteras...
Grito, me retuerzo y siento con un creciente deseo que realmente puedo aceptar esta cosa hasta el fondo. Estoy tan caliente, tan excitada por los hábiles juegos previos y por mis propios pensamientos, que mi trastienda casi lo devora. Fernando lo mueve de un lado a otro, a veces más rápido, a veces más lento, con tal virtuosismo que mi deseo todavía puede crecer de manera ...
... constante. Mis gemidos aumentan, mis suspiros aumentan, mis gritos llegan a un punto crítico. El frío de los azulejos no puede refrescarme. El calor que inunda mi cuerpo solo puede ser calmado por un clímax redentor...
Mi esposo a veces mueve el dildo al unísono con su miembro, a veces solo él, luego ambos en diferentes ritmos, con diferentes intensidades. La interacción de ambos me provoca el mayor éxtasis sexual que jamás haya experimentado. Más, más, más, más… ruge en mi cabeza.
De ambos lados: ¡éxtasis puro!
El fino goteo de la ducha rueda por mi cuerpo, sobre mis senos, estómago, se acumula en mi vello púbico, finalmente rueda por mis muslos pero no puede refrescarme... Pronuncio los sonidos más traviesos, palabras que mi esposo quizás no haya escuchado antes de mí, y lo insto a que provoque mi orgasmo. Siento como si estuviera tratando con dos hombres al mismo tiempo. Esta noción me excita increíblemente. Lleva mi excitación al máximo y mi ansia de satisfacción no se detiene. Cierro los ojos e imagino que Fernando no es el único hombre que se mueve dentro de mí, no el único cuerpo cuya lujuria estoy sintiendo en este momento. El segundo hombre no tiene rostro, ni siquiera puedo ver su cuerpo, solo puedo definir su pene. Ese falo grande y cálido, palpitando detrás de mí donde ningún miembro se había atrevido a ir.
Llego al clímax, es como una fiebre que se ha apoderado de mi cuerpo que está temblando y haciendo que mis sentidos sean incontrolables...