1. Buenas noches, Rebeca


    Fecha: 01/03/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    "Sin duda, este hombre me mira las tetas", pensó Rebeca mientras estaba sentada en el autobús, en uno de esos asientos individuales en el que enfrente hay otro igual. "Me mira, disimula, mira a otro sitio de vez en cuando, pero lo hace, me mira las tetas..., quizá llevo la blusa demasiado abierta", inclinó la cabeza un poco, "no, bueno, algo, hace calor..., cierto es que mis tetas son bonitas, bellas, ni demasiado grandes ni demasiado pequeñas, redonditas, en fin, que me las mire, tampoco hace nada malo, la vista es libre", siguió diciéndose.
    
    Rebeca se apeó del autobús en la parada más cercana a su casa. Rebeca, sus labores, había disfrutado en su juventud de varios novios hasta que se casó con Alberto, que la quería y mimaba. "Aunque, últimamente, Alberto no me hace mucho caso", pensó, "quizá ya no le excito como antes..., pero mira..., mira ése... ¡cómo me miraba las tetas!".
    
    Rebeca, a sus cuarenta y pocos, regordeta pero con un cutis, fino, suave, que más quisieran algunas; con un culo bien puesto y unas tetas que, lo voy a repetir, eran una atracción para los hombres, hacía años, lustros, décadas que no probaba una polla que no fuese la de Alberto.
    
    Rebeca llegó a su casa. A todo esto, debo explicar que Rebeca venía de visitar a su hermana: se celebraba el cumpleaños de un sobrino y prepararon una abundante merienda entre las dos, que después se zamparon todos los niños, y algunos adultos, que habían acudido a la fiesta. Cuando Rebeca regresó era de noche. ...
    ... "Hola, Alberto", saludó a su marido, que estaba sentado en el sofá; "Hola, Rebeca"; "¿Has cenado?"; "Algo", soltó secamente Alberto. Rebeca se sentó a su lado y le dio un beso en la cara. "¿Quieres que te la chupe?", preguntó Rebeca; "No, quita, estoy viendo el fútbol", contestó Alberto; "Yo, creo que me voy a acostar, estoy cansada, buenas noches, Alberto"; "Buenas noches".
    
    "Tía, no podía gritar, tenía la boca llena de polla", le contaba Rebeca a su amiga Elena en el bar donde desayunaban el día siguiente. "Pero Rebeca..."; `Rebeca, Rebeca", repetía ella burlonamente, "imagínate, tía, me despierta un ruido, no es Alberto, puesto que él se marcha temprano a trabajar, y ya eran las diez, me siento en la cama a escuchar y, en un visto y no visto, entran dos tíos a mi habitación, a cual más alto y más fuerte, me sacuden, me quitan el camisón y las bragas, me cruzan en la cama, me ponen a cuatro patas y, uno en un lado se pone a follarme el chocho por detrás mientras que el otro en el otro lado me mete la polla en la boca, ay, Elena"; `¿No te resististe?"; `Te lo estoy explicando, tía, fue todo muy rápido"; "Ay, hija, qué mal rato debiste pasar"; `Al principio sí, todo tan brusco, después empezó a venirme un orgasmo, me vino, y, como ellos seguían dale que dale, ¡chica, eran incansables!, después, tuve otro..., luego se corrieron sobre mí, el de atrás en mi espalda, el de delante en mi cara, y desaparecieron"; "Ay, hija, tal y como lo cuentas casi que me gustaría que me hubiese ...
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