Mi historia con una mujer maltratada (10)
Fecha: 07/03/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: Tmy456, Fuente: CuentoRelatos
... le gustaban. Le dije que en cualquier momento si quería lo invitaba a hacer un trío.
—¿Posta?, preguntó entusiasmado.
—No, mentira. Ni en pedo, yo no comparto.
—Hijo de puta, me re ilusionaste, boludo.
—Jajajajajaja, sos un guacho vos.
Se vino la tarde y cada uno tenía que retornar a su hogar.
Cuando llegué a casa, Anen me esperaba con los brazos abiertos, le di un abrazo. Estaba sudando.
—¿Qué estuviste haciendo que estás todo chivado?
—Fui a correr con un amigo a una plaza.
—Ahhhh cierto, ¿cómo estaba Juan?
—Bien, le pregunté si estaba soltero, me dijo que sí y me contó de varias minas a las que él les está echando el ojo.
—¿Y es lindo él?
—No te zarpes ¿eh?
—No, por favor. Yo te quiero y te amo a vos nada más. Sólo preguntaba por sus pretendientes.
—Más te valía, dije riéndome.
—Vení acá, mi amor.
Me dio otro abrazo.
—Te amo, le dije.
—Yo también, semental.
—¿Querés bañarte conmigo?
—Qué te parece si vos... te bañas y yo... hago la comida mientras.
—Dale.
—...
—...
Mis brazos no la podían despegar de mí, es como si ella fuera un imán y yo un metal.
—Bueno, andá.
—Ok.
La solté y me fui a duchar.
Me saqué la musculosa, las zapas, las medias deportivas, el pantalón de gimnasia y el bóxer. Me metí a la ducha y me dejé estar debajo del chorro de agua fría. No sé porqué mis manos fueron a parar a mi pecho, luego bajaron lentamente hasta mi abdomen, y luego a mi pene. Lo empezaron a masajear, ...
... hasta que se paró por completo. Era como que suplantaban las manos juguetonas de Anen. No buscaba venirme, sólo sentir placer.
En un momento, me llamó:
—Amor, a comer.
—Ya voy.
Me enjuagué, me puse una toalla en la cintura y salí.
—¿Vamos?
—Sí, pero esperá que me pongo algo.
—No, vení así. No pasa nada.
—Bueno, como quieras.
Me senté en el sillón a esperar mientras que ella preparaba un risotto.
—Vení un toque, me dijo.
—Sí, voy.
Me acerqué teniendo fuertemente el nudo de la toalla y me preguntó:
—¿Te gusta?
—Es idéntico a mi risotto.
—Exacto, aprendí de vos y lo hice con mucho amor.
—Esa es mi chica.
Nos sentamos a comer.
—¿Cómo está el arroz?
—Riquísimo, comenté con la boca llena.
—Me alegro, cielo.
—Anen... ¿te puedo... contar algo?
—Sí, decime.
—Recién... en el baño... me pasó algo raro...
—Contame, te escucho, dijo a la vez que probaba un bocado.
—Bueno... me estaba duchando y... de repente... comencé a... tocarme.
—¿Y qué pasó?
—Era como que... me hacías falta... fue involuntario... era como si... mis manos... remplazaran a las tuyas.
—Mirá vos, dijo con una cara de desaprobación total.
—Sí... fue bastante... extraño...
—¿Así que te hago falta?
—Sí, digo... No.
—Te hice falta en la ducha. ¿No?
—Ehhhhh... sí, titubeé.
—...
—...
—Bueno, vení.
Se paró de la silla, dio la vuelta a toda la mesa y vino hasta donde estaba yo.
Me tomó del hombro y empezó a masajearlo ...