1. Noches de luna llena en Hogwarts (Cap. II)


    Fecha: 01/11/2018, Categorías: Grandes Series, Autor: EscribaCaliente, Fuente: CuentoRelatos

    ... es mi hermano, Johnny. ‒ y señaló al chico que tenía al lado, que parecía un poco aburrido y un poco molesto, y se dedicaba a masticar su comida. ‒ ¿Cómo te llamás?
    
    Luna tardó bastante en contestar, la otra chica casi había desistido. Cuando habló, abrió mucho los ojos y esbozó una sonrisa: ¡Hola! Soy Luna. Son de Ravenclaw, supongo.
    
    Clare estaba un poco incómoda por la mirada intensa de Luna. ‒ Sí, sí. Venimos de otra escuela. De Estados Unidos. Nuestra familia se mudó acá hace poco, por trabajo. ‒ Pero Luna ya no estaba prestando atención. Seguía con su comida. Clare hizo lo mismo, ríendose.
    
    Al día siguiente, temprano, como aún no tenían clases, Harry aprovechó para pasar a saludar a Hagrid, a quien no había podido saludar en la bienvenida. Se acercó a la cabaña pero por más que golpeó varias veces la puerta, nadie le abrió. “No debe estar”, pensó.
    
    Decidió volver más tarde, pero como tampoco tenía nada que hacer, decidió dar una vuelta por el bosque. Era ya su sexto año en Hogwarts y había muchísimas zonas del bosque que no conocía. “Lo cual es más seguro, probablemente”, pensó Harry entre risas. En un rincón, a unos 70 metros de donde estaba, creyó ver algo grande, como un parche oscuro entre los árboles. Tuvo que acercarse a ver qué era, para lo que tuvo que correr unas cuantas ramas. Era una cabaña. Una cabaña pequeña, medio caída y de maderas oscurecidas.
    
    Luna volvió apurada a la Sala Común. Tenía que mostrarle a Ginny un artefacto nuevo para detectar ...
    ... Duendecillos a distancia que le había venido con el último número del Quisquilloso, pero se lo había olvidado. Era media mañana, así que no había nadie, todos estaban fuera disfrutando del sol. O eso creía Luna. Apenas entró escuchó unos ruidos. Primero unos golpes secos y algunos rechinidos, después unas voces que parecían estar sufriendo. Venían de los cuartos. Luna dejó sus cosas en un sillón y fue a ver qué pasaba. Cuando se asomó por la puerta, se quedó quieta.
    
    En una de las camas había dos personas. Desnudas, una arriba de la otra. Estaban acostadas y enfrentadas así que Luna no podía distinguir quiénes eran, pero el espectáculo la dejó helada y se acercó un poco más en silencio. Cuando la persona que estaba arriba se levantó, Luna le vio la cara: era Clare, la chica que la había saludado en la mesa la noche anterior. Tenía unas tetas grandes, blancas y con unos pezones grandes y rosados. Luna ya estaba salivando. Veía esas tetas rebotar arriba y abajo. Y vio, para su sorpresa, que el chico que estaba abajo era Johnny, también pálido y transpirado por alguna razón. Ahora eran casi gritos lo que se escuchaba. Clare estaba sentada arriba del chico que seguía acostado y le apretaba las tetas con fuerza, haciendo que la pelirroja gritara como si la estuvieran matando. Clare cada vez movía el culo con más fuerza hacia adelante.
    
    ‒ Pará, pará ‒ dijo el chico y se sacó a su hermana de arriba. Se levantó y puso a su hermana en la cama boca abajo. Tenía también un culo muy ...