1. De villano a héroe: Por el culo de Karla


    Fecha: 10/03/2025, Categorías: No Consentido Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    Hace algunos años les compartí un relato que titulé “Madre e hijas: los tres postres”. El relato es basado en la experiencia que viví con Ana, la madre de Angie y Karla. Resulta que ese día que follaba con esta mujer que en esa época le calculaba unos 45 a 48 años descubría al entrar a la sala de su casa que era la madre de Angie, una chica a quien me había follado unos tres años antes cuando ella tenía algunos 20 a 22 años. La situación se volvía más extraordinaria cuando meses después descubría que Ana era también la madre de Karla, a quien me había follado unos meses antes cuando esta chica tan solo tenía 18 años.
    
    Con Ana, la madre, solo follamos en esa ocasión, pues esa misma noche su hija Angie me había confrontado por teléfono y supe que se había dado cuenta que era yo quien le estaba sacando los gemidos escandalosos a su madre en esa noche de placer. Creo que eventualmente todas se dieron cuenta que a todas ellas me las había follado y también creo que Ana, la madre, hubiese seguido follando conmigo, pues creo no le importaba y me hizo saber en su momento que todas eran ya adultas y se me volvía a insinuar al punto que siguió enviándome fotos y videos provocativos y en varios de ellos se mostraba en tangas masturbándose. La señora Ana era muy directa y hambrienta de sexo, que no me sorprendería saber que no solo a mi se me insinuaba, creo que lo hacía con cualquiera que tuviese un palo para darle.
    
    Este relato involucra de nuevo a esta familia y en cierto punto ...
    ... me involucra a mí, pero el protagonista en realidad es un chico que ahora tiene unos 30 años y lleva por nombre Eddy. Resulta que un día lo invité a tomarnos unas cervezas en un lugar donde hacen Karaoke y veo que Eddy se dirigí a la mesa donde está la señora Ana y su hija menor Karla. Veo que las saluda y luego regresa a nuestra mesa y me dice algo así como que fuese un malestar con esta mujer Ana:
    
    - ¡Que vieja para caerme en los huevos! – me dijo.
    
    - Pero si fuiste tú el que se fue a saludarlas.
    
    - Lo que pasa es que tengo algo aquí en la cabeza… una espina que me la quiero sacar y hundírsela a esa mujer donde más le duela.
    
    - ¿Y que te hizo esa mujer para crear tanto odio?
    
    - ¡No… olvídelo! Mejor, vivamos el momento.
    
    Eventualmente me contó con la promesa de que nadie más lo supiera, pues era algo que Eddy llevaba en su pecho y que tarde o temprano debería desahogarlo. Le di mi promesa y también le dije que estaba dispuesto a ayudarlo. La verdad que ya para ese tiempo Ana no me sentaba muy bien a mí tampoco. Son de ese tipo de personas que les gusta presumir y si pueden, pasar por sobre los demás sin pensarlo dos veces, aunque por lo que me decía Eddy, son también de las que ponen la carita de santos todos los domingos por la mañana cuando asisten a sus iglesias.
    
    Lo que incomodaba a Eddy era una experiencia que tuvo con Ana y un sobrino de esta quien es homosexual. Resulta que Eddy a pesar de que es menor por más de un par décadas que Ana, una buena noche de ...
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