Soñé Contigo (4/4)
Fecha: 14/03/2025,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Besas el interior de mis piernas acercándote a mi centro y no puedo evitarlo, mi corazón late con fuerza. Mi respiración y mi cuerpo se vuelven temblorosos, pero tú avanzas con seguridad. Paseas lentamente por mis labios carnosos, descubiertos; continuas libremente rodeando todo el exterior, intercambiando jugosos besos con esponjosas lamidas. Actúas con ritmo perfecto y tu deseo es progresivo. Tus manos llegan justo al origen de mis piernas y te vales de ellas para dejar que tu boca explore sutilmente mi interior. Rozas mi clitoris con tu lengua solo como una probada y es suficiente para consternarme. El lamido es tan delicioso que provoca un pequeño movimiento involuntario de mi cuerpo y rápidamente atrapas mis muñecas contra la cama, una a cada lado de mi ser. Estoy pérdida, pues, lejos de espantarme, me siento premiada y lo disfruto aún más. Succionas mi clitoris ligeramente una y otra vez con tal delicadeza que parecen caricias y no me dejas más opción que entregarme. Mi cuerpo se deja llevar y sin premeditación me encuentro realizando tenues movimientos con mi cadera. Decides soltarme y siento tus manos pasearse desde mi ombligo hasta mi ingle una y otra vez siguiendo el mismo tempo de mi vaivén. Mis gemidos etéreos me parecen incontrolables y siento que una de tus manos se aleja de su compañera que no detiene su deleitosa tarea. De pronto siento tus dedos entrar poco a poco dentro de mi, se incorporan fácilmente a la misma sinfonía y la fórmula está completa... tu ...
... boca bebiendome, tu mano en mi vientre, tus dedos en mi interior y mi cadera meciéndose. Al fin, percibo el éxtasis álgidamente y se acerca, hierve mi sangre, siento la estrepitosa culminación. Es fuerte, exquisita y prologanda.
Así, en mi éxtasis encuentro tu rostro con una marcada expresión de orgullo y satisfacción. Te sonrío plácida
-Ven
Tu subes a mi, y un apasionado beso nos revuelca hasta dejarme encima de tu cuerpo. Pero esta vez se acabaron los rodeos y sólo ruego al infierno que, tanto tiempo de celibato, no me haya arrebatado la experiencia. Tu voz interrumpe mi plegaria
Estás segura? No habrá consecuencias?
Si. Tranquilo, todo está bajo control. Y tú, quieres?
Si, sólo es que... hace tiempo que no...
Te silencio con un beso y mis movimientos de cadera acomodan tu verga erecta y venosa. Te haré entrar a mi, lentamente y poco a poco. Estoy totalmente mojada, caliente y muy sensible por ese maravilloso orgasmo que me has dado, pero ya notarás muy pronto que sólo fue el inicio. Siento tu pene en la puerta de mi vagina y de introduce lentamente. Entra toda su cabeza hasta la corona, abultada y quemante; tu exhalación es fuerte y gimo libidosamente mientras muerdes mi labio inferior. Regreso y vuelvo a bajar un poco más profundo cada vez. Mis paredes están tan apretadas que siento cada fibra y hasta el bombeo de tu tus venas dentro de mi. Por fin entras por completo, o talvez aún no...
-Ábreme...- te susurro suplicante al oido, me alzo un poco y tus ...