1. Dos vinos blancos para celebrar


    Fecha: 17/03/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: vfive5, Fuente: CuentoRelatos

    Has tenido una dura semana de trabajo. Tras alcanzar los objetivos laborales tu satisfacción es máxima.
    
    Llegas a casa, te aligeras de ropa y sirves dos copas de vino blanco fresquito antes de entrar en el salón. Penetras bajo la manta del sofá y quedas plácidamente tumbada junto a tu amado.
    
    Él te esperaba con la firme intención de recompensar tu esfuerzo, es el momento de recibir el premio por una dura semana. Ambos probáis el vino, saboreándolo os miráis de forma cómplice y él te abraza, reconforta tu ánimo y se activan tus sensaciones.
    
    Nada es comparable a un dulce beso, al suave roce de unas manos y a la sensación de ir quedando cálidamente desnuda.
    
    Mojas sus braguitas casi de inmediato al sentir los labios ajenos recorriendo tu cuello. Sientes como las manos de tu adversario invaden tu vientre hacia abajo, en un claro intento de conquistar tu entrepierna.
    
    Entre tanto, sus labios viajan hacia tu pecho, y merodean sobre tus tetas en busca de tus deseados pezones para lamerlos y chuparlos, mientras tus jadeos y respiración entrecortada denotan el grado de excitación que alcanzas.
    
    Tus pezones son reiteradamente atenazados y humedecidos por sus labios y lengua. Notas como su juego circular sobre las aureolas de tus senos va multiplicando las sensaciones que recorren tu cuerpo.
    
    Sientes como sus manos se desplazan ahora sobre la cara externa de tus braguitas. Solo rozan y sienten, pero al llegar a la cara interna de tus muslos empiezan a presionar ...
    ... levemente, incrementando el calor en tu zona íntima.
    
    Él aprieta tu culo y te hace sentir mujer, te excitan sus manos apretándote fuertemente las nalgas.
    
    Sus labios viajan ahora sobre los tuyos. Sientes como un beso húmedo se apodera de tu boca y lo correspondes con tu lengua en señal afirmativa.
    
    Sin cesar en su juego, sus manos van deslizando tus bragas, que viajan descendentemente a lo largo de tus piernas. Tu zona púbica queda al descubierto.
    
    Sonriente, te mira y te besa. Sus dedos ahora deslizan sobre tu desnuda rajita que, de forma gelatinosa, agradece la visita e incrementa la facilidad para que esos dedos repartan generosamente placer sobre tu intimidad.
    
    Extiende tu jugo vaginal sobre los labios externos de tu sexo y despliega un acompasado movimiento de besos, tacto y contacto sobre tu piel, sobre tu sexo y labios que hace que te mojes más.
    
    Tumbada sobre el sofá te abandonas, sintiendo como sus manos y boca te dan placer generosamente. Poco a poco abres tus piernas. Ofreces mayor espacio para que sus dedos derrochen toda la imaginación que alberga su mente.
    
    Penetran en ti sus yemas, se embriagan de la mezcla de jugos de tu sexo. La suave frotación incrementa la temperatura de tu rajita y su humedad es máxima. Derramas tu flujo externamente.
    
    Tus jadeos piden ser ahogados por besos. Y ya principalmente reclaman una lengua que te visita repetidamente en forma de lamidas obscenas, las cuales son correspondidas con mordiscos tuyos en sus labios.
    
    Una mano ...
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