Una recogida diez años después (de alumna a mujer casada)
Fecha: 01/11/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Debo iniciar diciendo que he sido dos veces casado, me divorcié teniendo 29 años, me quedé con una pequeña casa viviendo solo, conseguí un trabajo de profesor en un suburbio lujoso de la ciudad, gracias aun amigo que me vio muy deprimido y me ayudó, era un colegio de señoritas de clase media alta a alta. La verdad es que había lindos ejemplares de mujeres, jovencitas entre 12 y 18 años. Alli era de ver y no tocar. Sin embargo, siempre se dan situaciones no planeadas, en uno de mis salones había una chica delgadita, de lentes grandes, pequeñita, morenita, dos senos de regular tamaño y un pequeño pero lindo trasero en forma de corazón. Ella tenía 15 añitos, resulta que en la clase la discriminaban por ser morenita, la mayoría eran blancas, cabello rubio o castaño. Entonces mi atención era para defenderla de las demás, pero notaba que no tenía amigas en su salón, incluso permanecía dentro del salón en los recesos, entonces yo la ayudé y la sacaba del salón y la acompañaba a caminar o tomar la merienda, para que no la molestaran las demás. La familia de Silvia, que asi la llamaré, era adinerada, pero de origen humilde. Debo decir que Silvia era muy inteligente y destacaba siempre entre las primeras 3 de la clase o del cuadro de honor. Eso que cuento fue por alli de 2007, a medio año, siempre hay un concurso a nivel regional de calidad académica y concursan varias estudiantes de nuestro colegio. Saliendo del colegio iba yo, cuando me detuvo una señora, era morena y la había visto ...
... antes, era la madre de Silvia, ella me detuvo y pidió hablar conmigo. Me dijo que quería que le diera clases privadas a su hija de matemática y de física, yo le comenté que eso era prohibido para los profesores de este colegio, pero ella me dijo que su hija Silvia le había comentado como yo la había ayudado mucho, y que esto lo mantuvieramos en secreto y que pagarían por eso muy bien. Entonces yo le dije que platicaramos de eso otro día, al final terminé aceptando y la pequeña Silvia llegaría a mi casa tres veces por semana. Yo sabía en el fondo que esto terminaría en otra cosa, por qué lo digo?, porque la pequeña semanas antes la descubrí haciendo corazoncitos y con mi nombre adentro y otros detalles, como tomarme de la mano, regalarme merienda que ella me decía era hecha con sus manos. Pero aún sabiendo eso, y que no había buscado pareja todavía, acepté. No pasó una semana, en la tercera ocasión, cuando la llegarón a traer a mi casa, antes de irse, se dio vuelta Silvita y me dio un beso en los labios y se marchó. La vi en el colegio y nadie comento el suceso, hasta que llegó a casa, -le pregunté que había sido eso-, aunque la tenía tomada de ambas manos. Nos vimos a los ojos y ambos queríamos lo mismo. Nos acercamos y nos besamos, fue un beso tierno, de labios y poquita lengua, fue de verdad delicioso, un beso timido. Ella se fue y toda la noche estuvimos mandandonos mensajitos en nuestros teléfonos. A la siguiente sesión en mi casa, la mitad estuvimos estudiando y la otra ...