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La despedida de Martha la madura
Fecha: 26/03/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: SuerteO, Fuente: CuentoRelatos
... un placer único, luego devoraba toda mi verga como si fuese su última comida, saboreaba y tragaba el liquido pre seminal que salía de mi verga la cual palpitaba dentro de su boca. M: ¡Dame tu verga amor! O: ¡Súbete y cabálgame! Martha obedeció mi petición y ella solita se acomodó metiendose mi verga en su húmeda vagina, se movía lentamente, en círculos, saltando de vez en cuando y acercándose para besarme y probar mi cuello, yo me deleitaba comiendo sus pezones y lamiendo sus enormes tetas. M: ¿Te gusta cariño? O: Me encanta, uhm, ¡eres la mejor! Se movia rapido, honestamente yo peleaba por controlarme, sus mamadas y ahora su cabalgata me tenían a punto de estallar, pero aun quería seguir dentro de ella, así que tome el contro, la acoste y le abrí las piernas y casi acostado encima de ella comencé con una penetración suave. M: Que duro te sientes ¡¡uhm, ah!! O: Así me pusiste ¡¡estás buenísima!! Esa pose me ayudó a relajarme un poco, se la metía todita y también la besaba, mordía sus tetas, su cuello y orejas, ella me apretaba las nalgas y también se movía, el momento era fantástico. Levante sus piernas y las puse en mis hombros, comencé a embestirla un poco más rápido, disfrutaba ver cómo se movían sus tetas y como se mojaba enterita. O: Martha que rico, uhm, ¡¡ah!! M: Oswaldo, que dura, me gusta, ¡mas dame mas! Me empujaba con fuerza de hecho me ponía casi en cuclillas y se la dejaba ir con fuerza, mis testículos rebotaban ...
... fantásticamente en sus hermosas nalgas y sus gemidos y gestos me prendían demasiado. Se puso en cuatro y se veia magnifica escurriendo por sus muslos, saboree ese fluido y luego tomándola de la cintura comencé a metersela suave y tiernamente. M: Que duró, uhm, que rico, mas, así, no pares, mas, ¡¡agh!! O: ¡¡Toma, uhm, ah, mmm, Martha!! Acariciaba su espalda, sus tetas, sus ricas nalgas, Martha acompañaba con un sensual movimiento de cadera que me ponía más duro y generaba un enorme y rico placer. Subí la intensidad de mis embestidas, ella solo gritaba y me permitía que le diera de nalgadas, yo con apenas 22 años me comía a una mujer de 33 y la tenia gritando de placer. O: Muévete, que rico, uhm, ¡¡ah!! M: Oswaldo, cariño, que rico, mas, dame más soy tuya, hazme venir, agh, ¡¡ah!! La tiré boca debajo de tanta fuerza que usaba en mis embestidas, me empujaba con fuerza apretando sus nalgas y mordiéndole la espalda y el cuello hasta dejarle marcas, quería que me recordara, que jamás olvidará esa noche. Martha comenzó a venirse, su concha expulsaba fluidos llenos de placer, sus gritos seguro se escuchaban en todo el hotel, yo estaba con el corazón a mil por hora y con mi verga a punto de llegar al clímax. Cambiamos de posición, yo me senté en la cama y ella igual encima mio, nos besabamos y yo le metia mi verga y apretaba su clítoris haciendo más placentero su orgasmo. M: ¡¡Ah!! Que rico, uhm, uhm, ¡¡agh!! O: Que rico amor, sacame la leche ¡ordeñame ...