1. Me corro en tu polla, papá


    Fecha: 31/03/2025, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... enterrador tenía una casa al lado del cementerio y se ve que los habían visto saltar la tapia y lo habían avisado. Sintieron su voz:
    
    -"Os encontraré, hijos del diablo."
    
    Berta subió las bragas y los vaqueros y luego saltaron la tapia del cementerio por la parte de atrás para luego subir a su auto y regresar a casa.
    
    Al día siguiente Benito llegó a casa con un paquete y se lo dio a su esposa. Berta le preguntó:
    
    -¿Qué es esto?
    
    -Ábrelo.
    
    Lo abrió y se encontró con un arnés con una polla, pinzas metálicas, unas cuerdas, lubricante y un látigo.
    
    Berta mirando el material, dijo:
    
    -Joder, joder, joder.
    
    -¿Qué pasa?
    
    -Que me bajó la regla esta mañana.
    
    Benito se lo tomó con calma.
    
    -Todo lo que hay en la caja no se va a escapar de ella.
    
    Seis días después, Julio, el cuñado de Berta, un veinteañero, alto, moreno, de ojos negros, pelo negro y rizado, ancho de espaldas y con un buen culo, tomando un café sentado a la mesa de la cocina, escuchaba cómo le decía su cuñada:
    
    -... Me dijo tu hermano que vas a sentar la cabeza.
    
    Daban las cuatro en el reloj de pared que había en la sala, cuando Julio le respondió:
    
    -Eso fue antes de saber de tus fantasías, hasta que encuentre una mujer cómo tú no la siento.
    
    Berta luego de oír a su cuñado se sintió cómo si le hubieran dado una puñalada trapera.
    
    -¡¿Tu hermano te contó nuestras intimidades?!
    
    -Me lo cuenta todo. ¿Ya se te fue la regla?
    
    Berta quiso saber hasta dónde llegara su marido.
    
    -¿Lo del ...
    ... cementerio también te lo contó?
    
    Julio tomó un sorbo de café y después le respondió:
    
    -También.
    
    Berta estaba indignada.
    
    -¡Hijo de puta!
    
    -¿Por qué me llamas hijo de puta?
    
    -Se lo llamé a tu hermano.
    
    -Viene siendo lo mismo.
    
    -Pes no lo retiro.
    
    -Cambiemos de tema. ¿Ya estás potable?
    
    Berta estaba cabreada con su marido y se las iba a hacer pagar metiéndole los cuernos.
    
    -Pues sí, mira, ya estoy potable.
    
    -Sabes.
    
    -¿Qué?
    
    -Que a mí también me gustan las cosas raras en el sexo.
    
    -Dime una.
    
    -¿Te lamieron las axilas alguna vez?
    
    -¡No me jodas! ¿Te gusta lamer las axilas?
    
    -A mí me las lamió un hombre y me gustó.
    
    -Eso sí que es raro. ¿Eres medio maricón?
    
    -Para nada, pero a ese hombre le comenté que si me lamía las axilas le dejaba follarme el culo.
    
    Berta no entendía a su cuñado.
    
    -Como no te expliques.
    
    -Me explico, quien me lamió las axilas era un viejo que se me insinuara muchas veces. Quise humillarlo, y a lo mejor darle unas hostias, sin embargo, cómo ya te he dicho, me gustó que me las lamiera.
    
    A Berta le costaba creer lo de las axilas.
    
    -¿Lamiéndote las axilas te pusiste cachondo?
    
    -Ni te puedes imaginar cuanto, tan cachondo me puse que le dejé que me lamiera el culo, que me masturbara y que me mamara la polla. ¡Qué corrida le di en la boca!
    
    -Eres medio maricón. Te la mamó Jacinto. ¿A qué sí?
    
    -¿Cómo dedujiste que me la mamó Jacinto?
    
    -Lo deduje porque la gente habla y una escucha, pero parece mentira que unas ...
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