1. Aventuras y desventuras húmedas. Tercera etapa (7)


    Fecha: 03/04/2025, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... plato, uno más duro, digno de su tía Carmen, esto… gustó más a Mari.
    
    Los sonidos de cada golpe resonaban en las paredes de la habitación. Las manos aprisionaban con dureza la piel de la cintura de la mujer, que ya solo mantenía el camisón tapando sus pechos, nada más. Sergio se estaba volviendo más fiero por momentos, tenía en sus manos… y en su miembro… un sueño hecho realidad, se estaba… estaba… follando a su madre.
    
    Los ojos bien fijos en la espalda que vislumbraba de la mujer, le hacían centrarse únicamente en la penetración. Una tras otra las acometidas iban y venían, y los dos adquirieron el hábito de gemir con cada entrada. Mari se había acostumbrado al poder de la… polla de su hijo, y ahora, bajaba su trasero cada vez que esta se iba a introducir para hacer mayor la penetración.
    
    Estaban idos, completamente poseídos, y lo mejor de todo era que el orgasmo de ambos estaba bien cercano. Para Sergio, que el interior de su madre se hubiera dilatado era una ventaja, ahora podía aguantar un poco más y aquello propiciaba que la mujer… estuviera a punto del tercero.
    
    Con cierta vergüenza perdida, debido a que al menos él ya estaría satisfecho en unos momentos, apretó más el ritmo. Las entradas eran endiabladas y Mari no podía contestar con los golpes de su trasero. Acabó cediendo a lo inevitable y su rostro quedó pegado al mural de la pared mientras detrás… a su espalda… su hijo le daba una paliza implacable con su miembro sexual.
    
    Abrió la boca para jadear, ...
    ... porque gritar era demasiado, aunque lo hubiera hecho tan alto que todo el hotel se hubiera despertado. Sergio en cambio había cambiado sus pequeños jadeos por verdaderos gemidos de esfuerzo, el sudor empezó a hacer acto de presencia y debía acabar.
    
    Llevó una mano al hombro de su madre, queriendo tomar la situación por completo y hacer las últimas entradas de forma pletórica. A su madre los ojos se le habían quedado en blanco, el placer la había envuelto y su último orgasmo empezaba a salir como loco, del mismo modo que estaba ella.
    
    Solamente pudo hacer una cosa, llevar su mano hasta donde Sergio dejó la suya. En el hombro de Mari, mientras los sonidos de la penetración se acrecentaban y en su mente iban formando onomatopeyas de comic “Plas, Plas, Plas”, entrelazó los dedos con su hijo.
    
    Ambos apretaron fuerte, mientras a Mari ese sonido le evocaba el recuerdo de su madre persiguiéndola con la zapatilla y golpeándolas…, “Qué oportuno…”. Sin embargo rápido se le pasó, porque sintió algo… algo que vino precedido de un pequeño alarido de su hijo que la dejó perpleja. Era algo caliente… ardiente, que se desparramaba por su interior… Sergio se había corrido.
    
    —¡Síííí!
    
    Gritó Mari estremeciéndose al sentir como su vagina se anegaba de un líquido tan caliente como maravilloso que la hacía completar su perfecto orgasmo. El pene se le introdujo por completo a la par que lo soltaba todo en un potente geiser, dejándola con una sensación de plenitud indescriptible y notando como ...
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