1. Veinticuatro horas de libertinaje


    Fecha: 04/04/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Patricia377, Fuente: CuentoRelatos

    ... Los besos intrusivos son más lánguidos cuando tienen gusto. ¿Quería jugar conmigo? Es su turno de experimentar las punzadas de la frustración. Agarro el bulto que distorsiona sus jeans para medir el tamaño potencial de su polla, el tamaño de del deseo. Le quito el botón de los pantalones y la bragueta, acaricio a través de sus calzoncillos, luego me voy de inmediato, como si estuviera tranquila, para concentrarme en su camisa.
    
    El despojo continúa lentamente mientras nuestras bocas de sabores se entremezclan. Mis besos húmedos recorren su pecho, me demoro mucho tiempo en su vientre, antes de aventurarme en sus calzoncillos... Mis manos están masajeando firmemente sus bolas a través de ellos, hago que este momento le parezca interminable. ¡No puede más y yo lo sé muy bien! La mirada me da lo demuestra perfectamente. Su rostro no es en absoluto el mismo que el del comienzo de la noche. Hago de Eduardo una criatura lujuriosa, una máquina de placer, dedicada a llegar al clímax y hacer que la gente se corra, y luce una sonrisa viciosa que significa "¡ya verás!"
    
    Luego me levanto. Lentamente, me desnudo por completo. Él también se levanta y me pone de rodillas frente a él; obviamente aprecio este pequeño gesto de dominación. Es bueno saberlo. Mientras termino de quitarle los calzoncillos palmo a palmo, sigo besando su vientre y tomo suavemente su polla en mi boca, antes de engullirla toda en un solo acto. Se estremece de placer, ya está duro como la madera. Saco el pene ...
    ... todo brilloso de saliva, lo agarro con ambas manos y lo mira con un aire que claramente significa "¿Me voy a divertir esta noche?" Con el paso de los minutos sus gemidos indican que aprecia mi forma de chupar, llena de dulzura y humedad. Al mismo tiempo que su polla entra y sale de mi boca, lo pajeo con firmeza y sensualidad. Noto que se encuentra con ganas de correrse, más aún cuando bajo a tragarme las bolas. Finalmente se contiene; todavía no quiere que yo termine con él.
    
    Un momento de simples caricias le da tiempo para recobrar el sentido, y le da la oportunidad de saborear mis pechos, cuyos pezones adquieren rápidamente el sabor y el olor de mi sexo. Todo mi cuerpo termina oliendo a sexo. Después de bajar de mi entrepiso, cenamos y tomamos unas copas. Durante este interludio, el hombre me resulta más interesante que al principio. Pero sigo siendo muy objetiva. Es muy emocionante suspender el acto sexual de esta manera, mejor para retomarlo más tarde.
    
    El ambiente sombrío por las velas, y unas copas, acaban por despertar nuestros deseos. Manos y bocas se vuelven a conectar rápidamente. De frente a mi pareja, sentada desnuda como él, al cabo de un rato termina entre mis piernas y besa mi cuerpo firme y suave de arriba a abajo. No puede esperar mucho antes de volver a lamer mi coño. Inmediatamente balanceo mis caderas y emito mis característicos gemidos. ¡Wow! parece que ha llegado el momento de hacerme correr por primera vez. Agarro un condón que había traído (¿por si ...
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