1. Pelea de hermanos [Parte 2 FINAL]


    Fecha: 06/04/2025, Categorías: Incesto Autor: dandyerotic, Fuente: RelatosEróticos

    ... nos vean a los dos aquí, ¿no lo has pensado, boba?
    
    Mi hermana cambia la expresión. Y cambia de táctica. Empieza a hacerme cosquillas.
    
    —¡Para, para! ¡Joder! ¡¿Tantas ganas tienes de verme el rabo?! ¡Admítelo, tú también estás enferma!
    
    —No pararé hasta que me lo enseñes. Es lo justo. ¡Me vas a respetar a partir de ahora renacuajo!
    
    Se me van las fuerzas. Me acaricia fuerte por todos lados. Y no puedo usar las manos para bloquearla.
    
    —¡Ríndete ya! —me dice mientras me hace cosquillas en la planta del pie.
    
    —¡Para! ¡Está bien! ¡Tú ganas!
    
    Una vez más me ganó mi hermana. Me levanté dispuesto a salir de la bañera. Mi hermana se sonrojó.
    
    —¡David! ¡¿Pero qué…?! ¡¿Te has empalmado?! —dijo apartándose inmediatamente.
    
    —¡Pues sí! ¿Qué esperabas? Tanto tocar, tanto tocar, al final pasa lo que pasa, sobona.
    
    —No lo puedo creer… definitivamente eres un caso perdido. ¡Qué indecente! ¡¿Con tu propia hermana te pones cachondo?!
    
    Salgo de la bañera. Los dos enmudecemos. Ella aparta la vista. Y yo me voy literalmente con el rabo entre la piernas.
    
    Esa misma noche
    
    No hago más que pensar en lo ocurrido. Pese a vivir aquella situación ridícula y haber perdido otra vez contra mi hermana, lo único que me viene a la mente son algunas sensaciones. Mis piernas entre sus muslos. Sus pechos flotando y cubiertos de jabón. Esa sensualidad me invade el cuerpo. Me bajo el pantalón para poder aliviarme. Recuerdo sus dedos tocándome. Pero esta vez me dan placer y me ...
    ... excitan.
    
    Cuando la cosa empieza a calentarse, entra mi hermana en la habitación.
    
    —Buenas noches, David.
    
    —¿Qué coño haces aquí?
    
    Se sube a la cama.
    
    —Anda, no te hagas el digno. Tenemos que hablar de lo que pasó antes.
    
    Me quita la manta. Y revela mi pene con una erección completa.
    
    —Te he pillado machacándotela, ¿a que sí? —dice mientras me vuelve a hacer cosquillas.
    
    —¿Qué haces? ¿No tuviste bastante en la bañera?
    
    Ella detiene la tortura y se acerca lentamente. Empieza a manosearme por el pecho. Y desliza su dedo índice hasta mi pelvis.
    
    —Lo cierto es que no —me susurra al oído.
    
    —¿Qué? —digo con voz temblorosa —¿Qué te ocurre Marta?
    
    —Estaba equivocada, no tienes una pilila precisamente. No puedo borrar esa imagen de mi memoria. Necesitaba verlo de nuevo.
    
    —¿De verdad? ¿Te gusta?
    
    —Confieso que no podía dormir. Estaba pensando todo el tiempo en lo mismo.
    
    —¿Ah, sí? Yo también. ¿Te parece grande?
    
    Ella me lo sujeta con fuerza y me acaricia el glande.
    
    —Pues nunca he visto uno de cerca. Pero sí me lo parece.
    
    Marta se acuesta boca arriba. Y me hace un gesto con el dedo para que me acerque.
    
    —Acaríciame, David.
    
    Lentamente empiezo a rozar su piel, a tocar sus pechos, los muslos…
    
    —Marta, ¿esto está bien? —pregunto algo incómodo.
    
    —Que si está bien, ¿me dices ahora? No me jodas. Todo el tiempo hemos estado haciendo cosas que no deben hacer los hermanos. Nos llevamos de puta pena y peleamos sin parar. Hasta que esta tarde te he visto la polla. ...