1. Mi chica desnuda, casi nos pillan


    Fecha: 08/04/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: jc2020, Fuente: CuentoRelatos

    ... estábamos cerca, el uno del otro, nuestros cuerpos se atrajeron, nuestros labios se rozaron, provocando esas sensaciones de calor y pasión. Mis manos dibujando su bella silueta, la tela de aquel vestido, dejaba claramente sentir su piel. Las ligas del sujetador, el elástico de sus bragas, el broche del brasier, el calor de su cuerpo. Se sujetó el cabello con una liga que llevaba en la muñeca del brazo. Me dejaba sentir el aroma de su cuello, mis inexpertos chupones, hacían que ella suspirase. Mis manos subiendo y bajando.
    
    Me senté en la silla de desayunar, ella encima de mí, yo sujetando su delgada cintura. Rozando sus pechos por encima de la ropa que llevaba puesta. Sus caricias en mis cabellos, en mi espalda. Mis labios buscando más zonas donde poder besar, más zonas erógenas para conocer. Ahora sí podría sacarle ventaja a la situación, y no tener que estar frenando nuestras pasiones, por estar en algún lugar público. Porque más de una vez, hemos acabado medios desnudos en la entrada que tiene en su casa. Seguro que de milagro nadie nos ha pillado en una situación algo picante. Pero aquí estábamos solos, tranquilos, besándonos como locos.
    
    Sentados en la silla, podíamos ser uno mismo, sentir esas ganas de abrazarnos como si esta fuese la última vez que nos veríamos. Su boca en mi boca, mis manos sobre sus pechos, ella frotándose suavemente sobre mi verga, muy erecta para aquel momento. Nuestro goce era muy placentero, cada que ella se frotaba hacia mí, intentando ...
    ... sentir la dureza de mi verga. El molestoso vestido ya era una barrera entre ambos sexos, que se buscaban por debajo de nuestros labios enrojecidos por tanto roce. Había mucho roce en esta zona de nuestras partes íntimas. Sus gemidos, sus caricias, hacían de esto una incontrolable sensación de calor.
    
    Nuestros cuerpos algo jadeantes, nuestras respiraciones agitadas por el intenso ritmo al que fueran sometidas, nuestras ganas de estar más cerca que antes. Las pieles de nuestros cuerpos pedían una pronta liberación, las telas que tienen sujetas nuestras carnes, tienen ya muchas ganas de respirar, sentir aire fresco, sentir el tacto de la otra piel. Rozar mi piel con su piel, lejos de alguna incomoda prenda de vestir, era lo que necesitábamos. Estar piel con piel, carne con carne, sentir su calor, la sensación de humedad en nuestras pieles. La calentura en mis calzoncillos, la incomodidad de estar con ropa y frotándome contra sus bragas. Ambos nos mirábamos, sabíamos que había que moverse a otro lugar.
    
    Para llegar al sofá que está a solo 5 metros. Habremos demorado 20 minutos, siempre juntos en estos largos e inagotables minutos. Nuestros labios pegados, respirando uno al lado del otro. Mis manos quitando sus prendas, que para esta ocasión, no necesitaríamos, es más, sobraban para lo que deseaban nuestros cuerpos. Nuestras pieles debían estar más juntas, más pegadas la una de la otra, al parecer llegaría el momento de estar juntos. Pegados, uno encima, debajo, arriba o como ...
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