Mi prima Roselita llegó a casa antes del teatro
Fecha: 08/04/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Palaner, Fuente: CuentoRelatos
... donde estaba mi pene que quería romper el pantalón.
Sus pezones ya estaban duros y los comencé a acariciar suavemente.
Por su tono de piel asumí que la coloración de sus pezones era más clara, por lo cual en mi experiencia las mujeres con pezones de tonalidad claros son más sensibles, entonces yo los acariciaba muy lentamente.
Y al parecer, funcionó.
Roselita lo estaba disfrutando, parecía que ella había planeado que fuera así porque la puta obra no entretenía a nadie.
Le levanté la remera y me agaché a chuparle las tetas.
¡Qué ricas tetas!
Nos besamos y fue ahí cuando me susurró:
"Ansiaba este momento, y ahora quiero mamarte la verga"
Me saqué el pene que se asomó a un costado de su cara.
Ella giró su cuello 90 grados hacia la derecha y ahí estaba mi pene, la cabeza deseando ser besada.
Ella lamió y lamió hasta que se la metió a la boca.
Yo para esto ya tenía mis dedos en su vagina.
Su clítoris estaba respondiendo y a ratos sentía como vibraba de lo excitada que estaba.
Era de esperarse que ya estaba muy humedecida.
Recordé mi primera mamada de la vida y me transformé.
Empujé las piernas de Roselita al piso.
Y nunca soltó mi verga.
Yo estaba viendo la aburrida obra con una mamada controlando los movimientos de Roselita con su melena.
Yo no podía creer que esta era la primera vez que Roselita hacía una mamada.
Jalé su cabellera hacia arriba y la volví a besar.
Y me dijo, "no es la primera verga que chupo, pero si ...
... es la primera verga que quiero que entre a mi vagina"
Roselita no tenía idea de lo que dijo...
Para mi suerte, el teatro seguía a obscuras.
Entonces me levanté y la llevé a la orilla de las butacas, yo con la verga de fuera y ella con las tetas al aire.
Nadie se dio cuenta.
Sentía que ahí podíamos tener más intimidad, ya que era una esquina, y usualmente las esquinas son las menos iluminadas.
Empiné a Roselita hacia abajo.
Le bajé el pantalón.
¡Qué culo más perfecto!
Se lo empecé a lamer, nunca había sentido unas nalgas tan firmes y compactas.
Me senté en la butaca y jalé a Roselita hacia atrás.
Su vagina estaba lista, y muy pequeña y ajustada, pero completamente mojada se deslizó a la perfección por todo el contorno venudo y carnudo de mi pene.
En ese momento puse mi mano sobre su boca para evitar que gritara.
Si lo hizo pero tuve que apretar mi mano sofocando el grito.
Roselita se movía como toda una puta.
Había nacido para eso.
O bien había visto mucho porno para practicar.
No sé, yo sólo le sostenía una teta con la mano izquierda y con la mano derecha la boca.
Cuando Roselita dejó de gritar, ella misma se tapaba la boca, lo cual hizo que yo pudiera jalar de su melena hacia atrás.
Para que ella formara el arco perfecto...
El arco del triunfo.
Me estaba cogiendo a mi prima de 19 años en un Teatro viejo y obscuro el día que la conocí en persona.
Y se quedó una semana de 7 días enteros en casa, mientras mi mamá ...