Mi cuñada Valeria, muy puta
Fecha: 09/04/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
Soy parte de una familia numerosa, varios hermanos, muchos primos y cuatro cuñadas, 15 años la menor y 35 la mayor, mi esposa es la segunda menor de ellas.
Esta historia, producto total de la causalidad de la que fui absolutamente ajeno pero decididamente beneficiario y “usador” maravillosamente agradecido.
Esta deliciosa experiencia, sin buscarla, me sucedió hace casi veinte años, y aún sigo esperando tener un “revival” deseado cada día desde esa atrevida y caliente aventura familiar.
Todo se inicia en oportunidad del cumpleaños de quince de la menor de mis cuñadas, había concurrido con mi esposa, una prima y mis dos hijos obviamente todos, menos los niños, salíamos don una dosis de bebida lo suficiente para no pasar el control de alcoholemia, sabiamente decidí pedir un remís (auto de alquiler) para que nos llevara de regreso a casa.
Por suerte era un automóvil lo suficientemente grande como para poder viajar todos, mi eposa y los niños detrás, yo adelante en el asiento del acompañante, quedando Valeria, mi cuñada esperando que alguien la regrese a su domicilio.
Tampoco era cosa de dejarla esperando a que alguien se digne regresarla, por eso mismo le propuse volverse con nosotros y de pasada la acercaríamos a su casa. El asiento trasero totalmente ocupado por las dos mujeres y los niños, por cuanto le pedí al conductor si podíamos llevarla, obviamente esperando una propina, accede.
- Vale, podés venir con nosotros, te acercamos a tu casa.
- Pero dónde me ...
... siento, si está repleto.
La mirada cómplice del conductor me habilita a invitarla a viajar conmigo en el asiento
- Ja! Pero cómo hacemos?
- Somos familia, te hago lugar aquí, adelante, no tendrás problemas en viajar sentada sobre mis rodillas.
- Ja! Si prometes tener las manos quietas, me animo. –con picardía
- Bueno… si solo debo tener quietas las manos….
Sentada en mi fada, iniciamos en regreso, el plan es pasar primero por mi casa y luego dejar a Valeria en la suya.
Tratamos de encontrar una posición cómoda en razón de que era un trayecto medianamente largo. En el asiento trasero los niños duermen y las mujeres lo suficientemente alcoholizadas para casi lo mismo.
Al poco tiempo de emprender el viaje, los propios movimientos del vehículo y el acomodamiento de los cuerpos nos disponen en una postura lo suficientemente atrevida como para que su falda mini se eleve lo suficiente para que parte de sus nalgas se apoye sobre mi sexo.
Ella va con sus manos apoyadas sobre el tablero del auto, yo le pongo mis manos en la cintura, de ese modo vamos transitando las calles de buenos aires, el movimiento y algunos baches nos hace mover y propiciar acercamientos físicos bastante osados, algunos provocados por mi excitación, que ella prudentemente no pone reparo alguno.
El consumo de alcohol y el vaivén del vehículo me permite “hacerle” más comodidad entre mis piernas (Ja), hace como se acomoda mejor pero en realidad esta poniéndose en situación más erótica, ...