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La gran oportunidad
Fecha: 17/04/2025, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... silla. _ ¿Señora, está usted bien? _ En gloria hija, en la gloria. La camarera fue a por las bebidas con cara de no entender nada. Al servir las bebidas, Carmen seguía retorciéndose y apretaba sus labios todo lo que podía para no gemir. La camarera se dio cuenta de que iba el tema y una sonrisa apareció en sus labios. Los pezones de Carmen se marcaban en la fina tela de su blusa y parecía que iban a salirse de un momento a otro. _ Desabrocha un par de botones _ ¿Qué dices? _ Ya me has oído. Desabrocho un par de botones y se pudo apreciar un precioso canalillo con unas tetas muy bien puestas. _ Ahora enséñanos un pezón. _ ¿Pero? Ángeles se echó un poco para adelante para tapar lo más posible y pudimos apreciar un pezón como el dedo pequeño de un niño. Hummmm que rico. Llego la camarera que se quedo mirando las tetas de Carmen. _ ¿Te gustan? _ ¿Ehhhh? Y haciendo un gesto con su mano saco una teta para que tuviese una buena vista de su pecho. La camarera se puso toda colorada y se dio la vuelta y salió casi corriendo. Al rato volvió _ La paella ya está, cuando quieran se la raigo. _ Vale cuando puedas, puedes traerla. _ Por cierto, son preciosas. Se dio la vuelta y fue hacia el restaurante moviendo con gracia su culito. _ Qué pena que no podamos quedarnos un poco más. Comimos la paella con ganas y la camarera iba y venía, con más frecuencia de la ...
... necesaria. _ ¿Nos puedes traer unos cafés por favor? _ Ahora mismo los traigo. Al traer los cafés se puso por el lado de Carmen que ni corta ni perezosa subió su mano por la pierna de la camarera hasta llegar a su culito. La chica no se movió y siguió sirviendo como si nada. _ ¿Alguna cosa más desean? _ Si tú supieras hummmm... Esbozo una sonrisa y salió hacia el bar con un buen meneo. _ Hemos de irnos, sé que es una pena, pero así podemos tomar una en el hotel. Pagamos la cuenta y dejamos una generosa propina. _ Adiós guapa, volveremos otro día. _ Eso espero gracias. La terraza del hotel estaba dividida como con bambalinas acortinadas para evitar el frescor de la brisa. Buscamos una un poco alejada y nos sentamos mirando al mar. Había como sofás de jardín con unos mullidos cojines. Rápidamente vino un camarero y nos preguntó qué queríamos con mucha profesionalidad. Carmen casi no podía ni hablar, el volumen del huevito había subido hasta la mitad. El camarero nos trajo nuestras bebidas y se marchó. Las cortinas estaban echadas de tal forma que solo se vía al frente, solo se veía el mar. Ángeles subió la intensidad del huevo hasta el 75% y Carmen se retorció en un orgasmo largo, muy largo. Provocado por el largo tiempo que había estado alerta, al relajarse se fue mojando entero el sofá que ocupaba. _ Acércate y cómele el coño a ...