Trío salvaje con mi hermana y mi cuñado (parte 1)
Fecha: 27/04/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Martina Paz, Fuente: CuentoRelatos
... tomaba de la cintura subía hacia mis tetas. Las acarició, las apretó, me hizo doler. Me di vuelta y lo empujé, mientras notaba que estaba totalmente desnudo. El tamaño de su verga era increíble. Larga, gruesa, cabezona, acompañada por dos huevos de gran dimensión. “Arrodíllate”, me dijo sin más. Obedecí y llevé mi boca directamente a esa verga hermosa que me apuntaba. Pasé mi lengua por la cabeza haciendo círculos, luego recorrí ida y vuelta varias veces todo el largo. Unas inmensas venas rojas enmarcaban la superficie, dándole un aspecto monstruoso que hizo que mi conchita empiece a humedecer. Me la comí entera. La escupí varias veces mientras chupaba y pajeaba. Me animé a probar esas bolas y estaban riquísimas. Solo una ya me llenaba la boca entera. Acabó de manera abrupta y en gran cantidad adentro de mi boca. Me la tapó con una mano obligándome a tragar toda su leche. Me fascinó.
Mientras me ponía de pie, apareció mi hermana, totalmente desnuda y todavía mojada. “¿Arrancaron sin mí?” preguntó con una mirada divertida. Mi cuñado me dio la mano para ayudarme a levantarme y me guio hasta mi habitación. Mi hermana nos siguió. Me pidieron que me arrodille sobre la cama. Mi hermana se puso al lado mío y sonreía absurdamente. “¿Ustedes están drogados?”, pregunté. Lo que los hizo reírse a carcajadas. Mi hermana besó intensamente, metiendo su lengua hasta el fondo de mi garganta. Respondí al beso de manera intuitiva. Mientras estábamos en eso, me quitó la remera, alejándose ...
... un poco para verme mejor. “Martí, siempre me encantaron tus tetas. No sabes la cantidad de veces que me masturbé pensando en que te las comía enteras”, me dijo. Y yo respondí: “¿y qué esperas?”. Esas palabras llegaron desde un sitio muy lejano de mi inconsciente. Jamás había pensado en una escena similar con mi hermana. Sentía que algo estaba mal. Que no podía estar deseándola de esa manera. Ella sonreía cada vez mas feliz. Me las chupó con una suavidad que era desconocida para mí. Mis tetas son grandes, redondas y firmes, todo un manjar digno de ser disfrutado. Por eso todas las veces que me las chuparon fueron algo bruscas, intensas. Pero ella lo hacía con cariño, con una ternura y una suavidad que me encantó.
Mientras jugábamos, mi cuñado estaba sentado en un sillón que tengo junto a la cama. Nos observaba y se masturbaba sonriente. Mi hermana iba de mi boca a mis tetas, de mis tetas a mi boca. En ese momento sentí lo mucho que me apretaba el short, y me lo quité sin dejar de besarla. De la mano, hizo que me recueste en la cama. Se recostó sobre mí, pero en dirección opuesta. Me besó la concha con besos suaves y rápidos, para seguir con lengüetazos y pequeñas mordidas que me hacían estremecer. Yo imité cada uno de sus movimientos. Su concha era chiquita, rosada, exactamente igual que la mía. Nos chupábamos cada vez con más intensidad, llenando la boca de la otra con jugos exquisitos. Recuerdo de momentos juntas de nuestra infancia comenzaron a invadir mi mente de formas ...