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Trío salvaje con mi hermana y mi cuñado (parte 1)
Fecha: 27/04/2025, Categorías: Incesto Autor: Martina Paz, Fuente: CuentoRelatos
... tormentosas. Eso que estaba sucediendo estaba mal, no podía ser. Comencé a llorar de manera histérica. La quité de encima mío con un empujón tan fuerte que la hizo caer de la cama. Me tapé la cara con las manos mientras tiraba patadas al aire. No sé cuanto tiempo duró mi ataque de histeria, pero cuando me calmé, los busqué con la vista y los encontré cogiendo en el sillón. El sentado, y ella cabalgándole la pija con sus ojos de fuego clavados en mí. No podía creer lo que veía. Sentía el corazón destrozado, la cabeza revuelta, pero la concha me ardía como nunca jamás me había pasado. Me levanté algo mareada y con el estómago revuelto. Me sentía mal, pero la escena que tenía ante mis ojos me atraía como un imán. Caminé despacio y me ubiqué de frente a ellos. La mirada desafiante de mi hermana me enloquecía. Le acaricié la cara, algo que duró apenas un instante, ya que se llevó mis dedos a su boca y los chupó con gran maestría sin dejar de cabalgar. Con mi mano libre le acaricié y le apreté sus hermosas tetas, mientras ella comenzó a masajearme la concha. El placer ...
... que me estaba dando es indescriptible. De repente dejó de cabalgar y de un salto se paró junto a mí. Sabía lo que quería. Sin dudarlo monté la pija de mi cuñado, quedando frente a frente, para estallar de placer. Al sentir esa hermosa pija adentro mío, un orgasmo me sacudió entera. Mi hermana tuvo que sostenerme por atrás sino me caía de espaldas. Sentía sus pechos duros en mi espalda y sus manos apretándome los míos con fuerza. Me encontré con los ojos de mi cuñado y nos besamos apasionadamente. Comencé a cabalgarlo cada vez con más fuerza. Luego de diez o quince minutos dejando la vida en esa cogida, sentí como acabó adentro de mí. Mi concha se empapó de esa leche que parecía hervir. Me senté en su falda y noté como la pija seguía igual de grande y dura. Mi hermana se arrodilló y empezó a chuparla. Iba de un lado a otro, de su pija a mi concha, tomándose es coctel de jugos calientes. Acabé de nuevo. Mi hermana se sentó también en la falda de mi cuñado. Nuestros cuerpos parecían solo uno. Nos besamos los tres apasionadamente, sudados y con muchas ganas de seguir.