La historia de Claudia (17)
Fecha: 03/11/2018,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... del arnés, apoyó la punta del vibrador en el orificio, lo encendió y comenzó a introducirlo sujetando con el brazo libre por el cuello a la cachorra, que en un acto reflejo se había movido hacia delante al sentir el contacto.
Nelly, sin soltarla, la fue penetrando lentamente, centímetro a centímetro, gozando con los gemidos y corcovos de Laura, que temblaba sintiendo que el dolor se iba incrementando a medida que entraba la parte más ancha del vibrador.
A su espalda, pegada a ella, haciéndole sentir la presión de sus grandes tetas, Nelly emitía una risita sádica que se acentuó cuando el vibrador estuvo todo adentro y Laura se quejaba de dolor entre súplicas que no hacían sino excitar todavía más a su violadora. El vibrador, a máxima velocidad, sacudía a la cachorra con ramalazos de dolor que llenaban sus ojos de lágrimas. Nelly volvió a colocar en su lugar la correa del arnés, le dio un chirlo en la cola y empuñando el control remoto del juguete se inclinó hacia Rosario, cuya cara lucía arrebatado por la calentura.
-Ya es todo tuyo, querida... –volvió hacia la cachorra y tomando el dildo que surgía enhiesto desde su entrepierna lo tomó y resueltamente lo fue introduciendo en el culo de Rosario, que recibió la penetración con un prolongado gemido de intenso placer.
-¿Te duele el chiche en el culito, rico? –le pregunto Nelly con un tono burlón a la cachorra viendo que la cara de la sumisa estaba contraída en un rictus de sufrimiento:
-Bueno, pero con dolor y ...
... todo empezá a moverte y cogete bien a Rosario, porque si no se va a enojar mucho y no te lo recomiendo...
Laura apoyó sus manos en ambas nalgas e impulsada por la amenaza empezó a moverse.
-Muy bien, precioso... Muy bien... –le dijo Nelly con una sonrisa de satisfacción. –Así me gusta, que seas obediente...
La mente de Laura giraba en un vértigo hecho de confusión y sensaciones intensas. Le chocaba que esas dos perversas se empeñaran en desconocer su condición de mujer y la trataran como si fuera un chico. La angustiaba saberse prisionera de esas mujeres que se habían adueñado de ella y de Claudia para someterlas a un destino que imaginaba plagado de infamias y degradación. Sintió que las lágrimas rodaban por sus mejillas mientras seguía moviendo las caderas y el dolor en el culo la iba abandonando. Ese dolor le había servido de aliado para sentirse desdichada, para sentir que se estaba cogiendo a Rosario porque no le quedaba otro remedio, para confiar en un milagro que pronto la liberara de sus secuestradoras y le permitiera volver a la señora Blanca. Pero ese dolor la abandonaba para dejar su sitio a un placer cada vez más intenso que el vibrador le provocaba ahora envolviéndola en algo así como una corriente eléctrica que nacía en el interior de su culo y la recorría entera acompañando el desplazamiento de las manos de Nelly por todo su cuerpo, que ardía en sudor y excitación creciente.
Impulsada por una fuerza ajena por completo a su conciencia fue acentuando los ...