La historia de Claudia (17)
Fecha: 03/11/2018,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... Nelly...
-¡Muy bien, precioso! ¡Muy bien! ¡jajajajajajajajajaja!
Rosario acompañó con una risita cruel la carcajada de la otra y tomando con una mano el dildo que calzaba Laura le dijo besándola rápidamente en la boca:
-Bueno, precioso mío... quiero sentir esto en mi culo... –y dándose vuelta agregó: -Mirá que lindo culo tengo... ¿te gusta?
Estaba muy caliente y eso de tratar a la perrita como un chico la excitaba de un modo muy especial, muy morboso.
Laura le miró el trasero y en su ánimo convulsionado hubo no obstante un espacio para apreciarlo. Se trataba un buen culo, grande, redondo y bastante firme a pesar de que su dueña ya no era precisamente una jovencita.
-Sí, señora Rosario... me... me gusta... –contestó sabiendo que siempre debía responder cuando se le preguntaba algo.
Rosario rio satisfecha e inmediatamente se puso en cuatro patas sobre la cama:
-Bueno, vení... –dijo mirando a la cachorra por sobre el hombro con sus labios abiertos en una sonrisa plena de lascivia.
Nelly la empujó hacia la cama y cuando Laura había tomado posición de rodillas a espaldas de la otra le acercó el vibrador cónico a la cara.
-Mirá qué lindo chiche, rico, jeje...
Al verlo, la cachorra se estremeció sabiendo que ese aparato estaba destinado a su cola. La señora Blanca nunca la había cogido por ahí con algo tan ancho como ese vibrador lo era en su base. Iba a sufrir mucho, sin duda, pero no podía evitar nada de lo que esas mujeres quisieran ...
... hacerle.
Sintió que Nelly, mientras reía, apartaba la correa del arnés que nacía en la cintura y pasaba por entre sus nalgas, para después meterle un dedo.
-mmmhhhhhh... qué culito tan cerrado tenés... se ve que mucho no te cogieron por acá todavía... –y mientras decía esto movía el dedo de atrás hacia delante una y otra vez haciendo que Laura corcoveara un poco entre gemidos.
La mujerona se dio cuenta de que la penetración la hacía gozar y sin interrumpirla inclinó un poco la cabeza, la besó en el hombro, en el cuello, en la mejilla y le dijo:
-Te gusta... te gusta sentir mi dedo en el culito, ¿eh, rico?...
-Sí, señora Nelly... sí... aahhh... sí, me... me gusta... –musitó la cachorra moviendo las caderas de un lado al otro mientras la acción hacía que el dildo que calzaba se refregara contra las nalgas de Rosario aumentando en ésta aún más la calentura y el deseo de ser tomada.
-Vamos, precioso (el trato a Laura ya era decididamente en masculino), cogeme de una buena vez.
Nelly río ante la urgencia de la otra y dijo:
-¡Ay, querida, un poco de paciencia que primero le quiero poner algo en el culo a nuestro amiguito, jeje...
Ante lo cerrado del sendero, Nelly se dijo que había que lubricar un poco el vibrador y quitó el dedo, tomó de la caja un pote de crema y untó el aparato, para después poner un poco en la pequeña entradita.
-Bueno, precioso... –dijo la dueña de casa. –Ya estás listo... –y mientras Laura temblaba de miedo y ansiedad apartó otra vez la correa ...