1. Con la madura despechada


    Fecha: 03/05/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: SuerteO, Fuente: CuentoRelatos

    Su nombre es Martha, la conocí a finales del 2011 cuando yo tenía 22 años, ella mide 1.60 cm, piel blanca, ojos oscuros, una gran sonrisa, piernas bonitas, nalgas paradas y unas pero unas enormes tetas, en ese momento las más grandes que había visto en mi vida.
    
    Ella era muy amable y muy vivaracha como dicen en mi país, desde que la conocí me llevé muy bien con ella, tomábamos café por las mañanas y contábamos el día a día de cada uno.
    
    Yo no podía ocultar las ganas que le tenía, más cuando llevaba sus tremendos escotes, muchas veces me la jale imaginándome una gran puñeta rusa con sus ricos pechos, pero de fantasía no pasaba.
    
    Decidí llamar a mi perfil “SuerteO” porque si algo he tenido en esta vida es eso y el claro ejemplo es aquella tarde de noviembre del 2011.
    
    Martha en aquel entonces tenía 33 años y pareja, su novio era un ejecutivo de una agencia de carros, pero últimamente no les estaba yendo bien en su relación, tenían problemas por todo.
    
    Cuando me disponía a salir del trabajo e incluso le estaba por marcar a mi novia, ella me habló por teléfono.
    
    M: ¿Qué haces?
    
    O: Ya me voy.
    
    M: Me acompañas por unas cervezas, aquí al “changuito”
    
    O: Claro, ¡voy encantado!
    
    Cuando una mujer te invita a salir es porque algo tienes que te elige a ti, así que no desaproveche la oportunidad y le avise a mi novia que trabajaría hasta tarde y la alcance en el lugar.
    
    Ese día Martha vestía una calza negra, sus zapatos de tacón abierto y una blusa rosa ...
    ... escotadisima, ¡se veia fantástica!
    
    M: ¡Cariño! ¡Que bueno que si viniste!
    
    O: ¡¡Claro!! ¡Sabes que a tus pies!
    
    M: ¡¡Corazón!! ¡Eres una ternurita!
    
    O: Bueno, que pedimos, ¿que se te antoja?
    
    M: ¡Ya pedí unas cervezas!
    
    Nos sentamos y comenzamos a platicar y tomar, al principio hablábamos del dia a dia, de los nuevos clientes, de cosas de familia, sobre todo ella me hablaba de sus hijos y eso por alguna razón la volvio aun mas interesante, ya que a pesar de estar como me la recetaron, era mayor y madre, quien no quisiera comérsela.
    
    Tras algunos tragos más, ella comenzó a hablarme de su novio, me decía que ya estaba cansada de la indecisión que él tenía, ya que una mujer de su edad y con responsabilidad no quiere jugar a los novios, busca una pareja estable.
    
    Yo estaba atento a lo que me decía, aunque de vez en cuando mi vista se dirigía a su enormes tetas, también mi mano acariciaba sus piernas mientras una ligera erección se formaba en mi.
    
    M: ¡Vamos a bailar!
    
    O: ¡Claro! ¡Vamos!
    
    Sonaba una buena cumbia y ella se movía bien tanto que no se notaba que yo estaba niveles abajo que ella, de la cumbia pasamos a la salsa y ahí ella meneando su cadera me volvía todavía más y más loco.
    
    O: ¡Eres una buena bailarina!
    
    M: Jaja, así soy en todo.
    
    O: ¡¡Me imagino!! Jaja
    
    M: ¡¡Ay!! ¡Ya te entendí!
    
    Continuamos bailando, esta vez me le pegaba más, me gustaba sentir sus tetas en mi pecho y a veces en cada vuelta trataba de sentirlas con mis manos.
    
    Después de un ...
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