Puta
Fecha: 04/05/2025,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Spintria, Fuente: CuentoRelatos
̶ ¿Por qué hace esto? ̶ me pregunta.
Y es que todos preguntan exactamente lo mismo. No es la primera vez que hago esto, ni mucho menos, pero con este hombre sí. Y siempre llega esa pregunta. Con todos. Nadie se libra.
̶ ¿Vas a rescatarme? ̶ contesto.
̶ Yo te lo daría todo. Te haría…
̶ A lo mejor es lo que quiero ̶ interrumpo su discurso de machito protector ̶. ¿No lo has pensado? Quizá me gusta hacer esto… Me pone cachonda… Me moja como a una perra en celo…
Mi tono provocador, mis gestos, mi mirada, hacen que su polla se estremezca bajo su ropa, olvidándose por completo de su lado principesco, un héroe salvador, y dejando salir al degenerado que llevan todos dentro, al putero que todos ellos son.
Ambos estamos sentados en el sofá de su salón cuando se acerca a mí y levanto mi mano para detenerlo. Lo hace. Buen chico.
̶ Antes… ya sabes.
̶ Por supuesto ̶dice, ya sin aires de protagonista de cine. Ahora, interpretando al villano.
Se levanta al instante y camina hacia un buffet. Abre uno de los cajones, del cual saca un pequeño fajo de billetes. Vuelve a sentarse, esta vez más cerca de mí.
̶ Aquí tiene, señorita ̶ dice el putero, con suma arrogancia, al colocar el dinero sobre la mesita de centro.
Lo cuento. Está todo. Miro mi pequeño bolso unos segundos. Después, lo alcanzo para guardar el pago de nuestro ignorante títere.
Me incorporo y camino hacia el antiguo tocadiscos para subir el volumen de la música. Prince. Aunque ni idea del nombre de ...
... la canción. Se cree sofisticado…
Me acerco a él, sensual. Erótica. Bailo. Me acaricio. Desabrocho un botón de mi blusa. Después, otro. Y otro. Dejo a la vista el color rojo de lo que parece un sujetador. Bajo la cremallera de mi falda, dejando que se deslice por mis piernas hasta caer sobre la alfombra y mostrando mis braguitas rojas transparentes, con ligueros y medias a juego. Último botón de mi blusa. La abro. La dejo caer. Luego suspira. Suspira al descubrir que llevo uno de esos sujetadores que no cubren mis pechos, sino que los levanta, dejando a la vista mis erizados pezones.
La boca le hace agua. Embobado. Hipnotizado por mis enormes tetas naturales. Y ya se adivina el tamaño de su polla, prisionera bajo su ropa.
Me acerco a él, gateando. Soy una felina insaciable, capaz de cualquier cosa para satisfacer a mi hombre.
Él se deja hacer cuando desabrocho su cinturón. El botón de su pantalón. Su cremallera. Y bajo su calzón de diseño italiano mostrando su polla algo más que morcillona, para después sujetarla entre mis dedos. Juego con ella. La acaricio. Y solo me lleva unos segundos cuando consigo que la tenga dura como un pepino. Entonces, levanta su trasero a modo de ayuda cuando le estoy bajando el pantalón, quedando completamente liberado.
Deslizo mi lengua, desde sus testículos colganderos hasta su glande rojizo, ya húmedo por sus fluidos y descapuchado por su erección. Abrazo su punta hinchada con mis labios, para comenzar a deslizarlos a lo largo de ...