El mecánico me lubricó el culo
Fecha: 05/05/2025,
Categorías:
Anal
Autor: Alexandra Love, Fuente: CuentoRelatos
... también elegí una blusa blanca con tirantes muy escotada, pues quería que contrastara con mi brasier negro. Acostumbro usar bolsos grandes así que tome esa ropa y la guarde en él para ponérmela cuando saliera de trabajar. Entre tanto me iría vestida a mi trabajo con ropa casual y discreta y unos tacones negros altos de correas.
Llegué a mi trabajo y el día se me hizo eterno ya quería salir para ir a provocar a ese hombre, me la pasé imaginando como sucedería, hasta que por fin fue la hora de salida aproximadamente las 6 de la tarde, entonces me esperé unos minutos más hasta que ya la mayoría se había retirado, pasé al baño que estaba cerca de la puerta de salida para cambiarme de ropa, me puse los jeans que traía en mi bolso, que me quedaron muy ajustados, me encanta ponérmelos porque levantan mis nalgas y aprietan mi zona íntima dejando formar un huequito en mi entrepierna que me va apretando a cada paso que doy, y con las rasgaduras que tiene al frente se ve mí piel suave y siempre arrebata miradas lascivas de los hombres. También me puse la blusa blanca escotada y mi perfume favorito, que era muy costoso y me lo había regalado mi exesposo hace un año, el cual obviamente ya había usado para hacer el amor con él, por lo que traerlo puesto era parte de mi venganza.
Fui caminando desde mi trabajo unas 4 cuadras sintiéndome muy nerviosa y cachonda por lo entallada que iba, era como si la mezclilla de mis jeans fuera mi piel, mi vagina estaba muy apretada y se marcaba en ...
... la tela. Mientras más me aproximaba a ese lugar más excitada me sentía ¡me ofrecería a ese hombre! Antes de llegar miré a los lados para que no me viera nadie, bajé el escote de mi blusa y metí la mano en mi brasier para sacar la mitad de mis pezones a la vista, estaban muy duritos y excitados me ruboricé y sentí como mi vagina comenzó a lubricar, caminé media cuadra más hasta llegar al taller mecánico.
El hombre estaba parado a la entrada del taller, yo caminé con la mirada abajo no podía verlo de frente me dio mucha pena pues él me vería los senos con mis pezones casi saliéndose del brasier, así que caminé muy femeninamente y muy lento mientras simulaba que buscaba algo en mi bolso, cuando ya estaba pasando frente a él, pude escuchar que le saque un suspiro.
—¡Ay chiquita que bonitas tetas tienes que ganas de tocártelas! —Me puse tan nerviosa que preferí seguir caminando sin voltear.
—¡Ay zorrita que culo tan rico tienes! —Me dijo al ver mi culo levantadito y ajustado.
Cuando escuché eso ultimo me sonrojé mucho y con el abdomen estremecido volteé toda nerviosa.
—¿Es enserio? Ayer también escuché que me dijo cosas al pasar. —El hombre se quedó callado, pensó que estaba reclamándole.
—No se preocupe ¡Está bien! Lo tomaré como un cumplido, pero por qué mejor no me invita algo de tomar adentro en su taller. —Le dije sonriendo y coqueteándole con mi cabello.
—Ah, pues con mucho gusto mi reina. Si gustas pasar —Me contestó mientras miraba mis pezones duros ...