Una compañera infiel
Fecha: 05/05/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: SuerteO, Fuente: CuentoRelatos
Ella era novio o cónyuge del jefe de ventas, una mujer de 1.58 cm, piel blanca, ojos café claro, delgada, pies hermosos y tetas medianas, aunque muy poca nalga, Joyce era una mujer deseada en la empresa.
En la empresa donde estaba como auxiliar contable decidieron cambiar de giro y dedicarse a la publicidad, así que contrataron a gente de marketing e impresión y una de esas tantas gentes fue Joyce y su novio Abel.
Él era celoso, mal encarado y ella todo amor aunque con un carácter de la fregada que caía mal, por eso las mujeres de la empresa no la querían y ella lo sabía perfectamente.
Comencé a tener una buena amistad con ella, la verdad nos llevábamos súper bien, comíamos juntos, le ayudaba y ella a mi, en ese momento yo trabajaba en logística y programación y ella era encargada de diseño.
Una ocasión mi amigo y yo la invitamos a ella y su amiga a un bar, pensé que diría que no ya que Abel estaba ahí, pero aceptó diciendo que estaba libre.
Así que nos subimos al carro de mi amigo y fuimos a la “chilanguita” un buen lugar para pasar el rato, beber y bailar y sobre todo conocernos aún más.
Nos sentamos en el rincón y pedimos un cartón de cerveza, brindamos, reíamos y cantábamos, yo me senté a lado de ella y estaba de cariñoso, la abrazaba, le besaba la mejilla y bajita la mano le acariciaba su pierna.
En aquel entonces yo tenía 20 años, ya había estado con algunas más y tenía mi táctica estudiada.
J: Oiga, usted se está propasando eh!
O: ...
... ¡Señorita! No me digas eso, pero si quieres me voy a otra mesa.
J: Que sensible, jaja
O: Lo siento, pero me gustas mucho.
Nos hablábamos de usted, yo creo que por payasos, pero yo jamás le había ocultado las ganas que le tenía, ya era totalmente un descarado.
Un Viernes nos juntamos con otros dos compañeros para ir a tomar una cerveza, fuimos a una cantina con música en vivo, ella estaba vestida casual, nada fuera de lo normal, pero el deseo que le tenía era más grande.
Pedimos una cubeta de cervezas y comenzamos a convivir, cantábamos y bailábamos, ella no era muy buena para eso, pero de igual forma no me despegaba de su lado.
J: No sé bailar como tú.
O: No te preocupes, mientras sepas otra cosa, ¡jaja!
J: Como eres, ¡jaja!
La noche se hizo presente y la verdad yo ya andaba muy cariñoso con Joyce, ella estaba alegre y me daba entrada, la abrazaba, le besaba la mejilla, mi mano acariciaba su pierna, obviamente los dos compañeros se dieron cuenta de mi intención y decidieron dejarnos solos, pagamos la cuenta y ellos se fueron por su lado y Joyce y yo nos quedamos a media calle.
Ella me miró coqueta y sin dudarlo me lancé a besarla, le di un beso de lengua que hasta la ahogaba, ella me correspondió, su lengua se sentía muy rica, entonces le confesé mi intención.
O: ¡Te lo quiero hacer! ¿Hay oportunidad?
J: Eres tremendo, bueno, está bien, pero solo un rato, recuerda que me esperan en casa.
Nos fuimos caminando al hotel que estaba en frente de la ...