1. Una compañera infiel


    Fecha: 05/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: SuerteO, Fuente: CuentoRelatos

    ... cantina, pedí la habitación y en todo el camino no dejamos de besarnos.
    
    Apenas entramos la arrojé a la cama, besaba su cuello y su escote, Joyce estaba toda roja y con ojos perdidos, estaba excitada, así que lentamente le quite su blusa y su pantalón hasta dejarla solo en su trusa y brasear.
    
    Me quite el pantalón y la playera, ahora nuestras pieles rozaban y eso me ponía duro, le saque las tetas de su brasear y sin dudar probé sus pechos medianos con pezón color rosita.
    
    O: ¡Están hermosas tus tetas!
    
    Continué chupando y saboreando sus pezones, ella solita se quitó su trusa y dejó su peludo tesoro a mi placer, mientras mi lengua jugaba sus pezones, mis dedos acariciaban sus cerrados labios vaginales que gracias. A su humedad les permitían el paso hasta su jugoso clítoris.
    
    J: ¡¡Ah!! ¿Me la vas a chupar?
    
    O: Solo si tu me la chupas también.
    
    La subí encima de mi y comenzamos un fantástico 69, Joyce no era tan buena mamando pero sus chupadas me gustaban y me la ponían super dura.
    
    O: ¡¡Oh!! Que rico chupas, ¡¡uhm!!
    
    J: ¡¡Uhm!! ¡Qué dura!
    
    Le lamia su coñito con delicadeza, con las yemas de mis dedos acariciaba y besaba su clítoris, abrió suavemente sus labios vaginales e introducía mi lengua una y otra vez, al mismo tiempo ella devoraba mi verga, paso de novata a maestra y me la chupaba riquisimo.
    
    Sus jugos me llenaban toda la cara, yo no podía dejar de saborearlos, ella ya había tenido un orgasmo y con mi miembro en su boca sus ricos gemidos me ...
    ... anunciaron que era hora de penetrarla.
    
    La acosté y levante sus piernas y mientras besaba los dedos de sus pies se la meti despacio, sin condon, asi arriesgándome a todo, ella cerraba sus ojos y respiraba agitadamente mientras cada cm de mi entraba en su apretadísimo coño.
    
    J: ¡¡Oswaldo!! ¡Qué rico!
    
    O: No mames ¡aprietas super!
    
    Comencé a moverme suave, besandole las tetas, saboreando sus ricos pezones mientras mi verga entraba y salía de su apretado coño.
    
    Esa pose del misionero me gustaba Joyce apretaba riquismo y se movia a lo tonto pero dandome placer, yo me seguia deleitando con sus tetas que era lo mejor que tenia esa mujer, ella gemia y me arañaba la espalda, yo le levantaba las piernas y de “patitas al hombro” se la dejaba ir enterita.
    
    O: Corazón, que rico, uhm!!
    
    J: Ah!! Mas, dame mas, asi me gusta, uhm, agh!!
    
    O: Toma, toma mi verga, sabia que eras una tragona, uhm!!
    
    J: Así cariño, cogeme, ¡¡cogeme!!
    
    La puse en cuatro patas y lentamente se la meti, ella gemía muy rico y eso me ponía más duro, la tome de la cadera y empecé con el mete y saca, Joyce movía su cadera para adelante y atrás dándome una tremenda satisfacción.
    
    O: Así nena, muévete, que rico, que rico te mueves, uhm, agh!!
    
    J: ¿Te gusta? ¿Te gusta como me muevo?
    
    O: Me encanta nena!!
    
    Me senté en la orilla de la cama y la puse a dar sus sentones, ella se dejaba caer bien rico, a veces me dolía por lo tosca que era, pero eso no le quitaba lo fantástico.
    
    J: Qué duro, con el otro ya ...