1. Le ayudé a mi jefe a vengarse de su esposa infiel


    Fecha: 11/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: MariahMendoza, Fuente: CuentoRelatos

    ... de un estante. La verdad es que si estaba algo mareada, por lo que casi me caigo al subir y solo sentí como el me agarró del trasero y se río. Contamos lo que tenía la caja y la subí. Pero, al bajar él se puso detrás de mí y pude sentir su pene erecto.
    
    -Me gustas mucho, Mar.- Me dijo tomando mi cintura y pegándose más a mí.
    
    -Usted está casado.- Respondí, pero la verdad es que en ese momento sentí como mis pezones se volvían tan duros como rocas al oler su aliento con olor a cerveza en mi cuello y su pene duro que parecía que se saldría del pantalón.
    
    Suspiró muy fuerte. -No te hagas como si no escuchaste lo que sucedió, no lo quiero recordar. Pero, creo que es más que claro que las condiciones de mi matrimonio no son las mejores. A demás, yo sé que también te gusto.- Me dijo mientras empezó a rozar mis pezones ya por debajo de la playera.
    
    En ese instante solo pude sentir como un líquido espeso salía de mi vagina y llenaba de humedad mi ropa interior. Empecé a lamerme los labios y como si fuera un animal en celo, levanté mis nalgas buscando sentir mas placer.
    
    De un solo jalón me volteó y comenzamos a besarnos como si todas esas semanas fuera lo único que estuviéramos esperando, empezó a bajar por mi cuello, levantó mi playera con todo y el top que llevaba, encontrándose con mis tetas grandes y gordas, coronadas con unos pezones duros que empezó a chupar como si nunca hubiera visto unos.
    
    Yo me sentía tan húmeda y excitada, por mi mente solo pasaba que me la ...
    ... metiera ahí mismo. Pero él tenía otros planes.
    
    Me agarró de las nalgas como si pesara menos que una pluma y me sentó arriba de una mesa que se utiliza para colocar las cajas y contar. Yo solo gemía y gemía sin control, pues el alcohol y lo increíble del momento me tenían muy caliente. Mi jefe si me parecía un hombre atractivo, pero en ningún momento me imagine que lo vería así.
    
    Entre tanto frenesí, yo lo rodeaba con mis piernas tratando de pegarlo lo mas que podía. Entonces él tomó los leggings que llevaba, junto con la ropa interior y los tiró en un solo movimiento.
    
    Así, en cuestión de minutos yo estaba encima de una mesa, completamente desnuda y con las piernas abiertas mientras él se detenía a olerme.
    
    Primero, pasó dos dedos desde el inicio de mi monte de Venus hacia abajo, como si hiciera esa mano en forma de pistola, solo que al llegar a mi húmeda vagina, en lugar de disparar, los metió. Comencé a retorcerme de placer mientras el hacía un movimiento con ellos que hacía que sintiera que en cualquier momento iba a venirme.
    
    En lugar de dejarme hacerlo, paró y me miró un segundo, luego lamió sus dedos y en su rostro se reflejaba un placer, como si fuera lo mejor que había probado. -Hace décadas que no me he comido una tan joven. Te molesta si me tomo mi tiempo?-. Solo pude mover la cabeza diciendo que no.
    
    Lo siguiente que vi fue como metía su cara entre mis piernas, lamiendo de arriba a abajo. Yo estaba luchando por no gemir muy fuerte, pero no podía, aquello ...