1. En cueros con mi senpai


    Fecha: 12/05/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Sayo y trabajo para una empresa. Soy más bien bajita y algo regordeta. Una chica de esas que aun teniendo un rostro agradable, suelen pasar desapercibidas. Probablemente el hecho de no ser el centro de atención también vaya ligado a mi timidez y falta de atrevimiento. Otras, con menos virtudes que yo, pero más descaradas, obtienen mucha más relevancia social.
    
    Aquella tarde Takada san, mi compañero de trabajo, mi mentor, mi senpai, estaba allí a mi lado, en pelotas. La cara roja de vergüenza, complexión delgada, culo caído y algo desinflado con una fina raja de la que salían aquí y alla algunos pelos negros. Por delante, el pene colgaba inclinándose ligeramente a la derecha, algo crecido a pesar de la situación.
    
    Frente a nosotros Yamada san, nuestra jefa. Más alta que yo, constitución atlética, frente despejada y pelo recogido en una larga coleta que casi le llegaba hasta las nalgas. Estaba seria pero no enfadada. Miró de arriba a abajo a Takada e inconscientemente, en un movimiento que no duró más de dos segundos, humedeció sus labios con la punta de la lengua.
    
    Luego me miró a mí.
    
    - ¡Desnúdate! - me ordenó.
    
    Desde el principio sabía que yo sería la siguiente, pero había albergado la esperanza de tener cierta privacidad.
    
    Enrojecí.
    
    Y a continuación, con un nudo en la garganta, hice una pregunta absurda.
    
    - Me quito toda la ropa.
    
    - Desde luego. ¿No ves a tu compañero? Pues tú igual.
    
    Sin decir más palabras, mecanicamente, comencé a ...
    ... quitarme la ropa. Notaba la mirada de mi senpai y de mi jefa. Dudé un instante antes de desabrochar el sujetador y enseñar mis tetas. Después, sin pensarlo mucho, de un tirón, me bajé las bragas dejando al aire mi pálido trasero temblón que tenía algún que otro granito en la parte baja.
    
    La directora caminó a nuestro alrededor examinando con su mirada nuestros cuerpos. La temperatura de la habitación era la adecuada.
    
    - ¿Os habéis enrollado alguna vez?
    
    La verdad es que la idea de tener algo con Takada se me había pasado por la cabeza alguna vez, pero claro, nunca se había dado la situación.
    
    - Bésala... es una orden.
    
    El varón no se decidía y yo tampoco hacía nada por animarle.
    
    - O la besas en la boca o está despedida - amenazó la que mandaba
    
    - Por favor, hazle caso. No quiero que me echen. - le supliqué al ver que todavía dudaba.
    
    Esa mujer era capaz de todo y yo no iba a poner mi futuro en riesgo por una pequeñez.
    
    Quizás por miedo o por deseo, ciertamente por obligación, el caso es que nos besamos en serio. Reconozco que me dejé llevar y le metí la lengua.
    
    Nuestra jefa, satisfecha. Cogió una silla, la puso frente a su escritorio y se sentó.
    
    - Quién es el primero? - dijo mientras hacia un gesto palmeando sus muslos.
    
    Mi compañero se acercó y siguiendo las instrucciones se tumbó boca abajo sobre el regazo de la que iba a calentarle el culo. Por mi parte, siguiendo órdenes, abrí el cajón del escritorio, saqué un cepillo de madera y se lo entregué a la ...
«12»