1. Daniela, la conservadora, y su amante lesbiana


    Fecha: 15/05/2025, Categorías: Lesbianas Autor: DanielaUrban28, Fuente: CuentoRelatos

    ... una a la otra, pero Erica era más arriesgada y acariciaba de vez en cuando la mano de la primera mujer, y elogiaba su cuerpo cada vez de forma más descarada. Al fin, luego de tanto escribir, Daniela se levantó y le propuso que descansarán en el sofá. Erica se tumbó entonces, y luego se tumbó. Daniela fue al baño y luego salió, y al ver a su maestra allí acostada, la miró a los ojos, y dejó caer el gaban a sus pies, y se arremolinó un poco el vestido hacia arriba. Aquella mujer feminista y que Daniela odiaba, entendió entonces la señal, se aproximó con violencia a Dany, la tomó del mentón, y la besó.
    
    Se besaron, se besaron ambas, con una locura morbosa y con gran deseo. Erica, no perdió su tiempo, y subió hasta arriba la falda del vestido. Las nalgas de Daniela, emergían grandes ahora y desnudas, y con sus dos manos, Karen las apretó. Gimió entonces la primera mujer. ¿Te has puesto esto solo para mí, no? Murmuró, y la doncella casada asintió. Pronto, los pechos grandes de Dany fueron también desnudados, y besados con gran ímpetu por la amante prohibida. Daniela chillaba de placer, era algo nuevo para ella, nuevo, delicioso y prohibido.
    
    Más rápido que tarde llegaron al lecho. Ahí lacia tumbada Daniela con su espléndida figura, su teléfono que sonaba, lo arrojó lejos. Erica, no tardó en conquistar esas tierras tan codiciables y preciosas. Besó todo su cuerpo: el cuello, los pechos, el vientre, las caderas, los muslos. La lengua de la docente probó ansiosa ...
    ... la vagina palpitante de su mujer, y pronto, se fundieron ambas en un beso largo y tendido. Había soñado muchas noches con esto, dijo Daniela gimiendo de placer mientras Erica golpeaba con su pelvis la vagina de la señora.
    
    Se detuvo un momento, y de abajo de la cama, la dominante sacó un largo consolador con correas. Se puso el artefacto, y cuando Daniela esperaba dispuesta, su redondo trasero en pompa y su rostro sobre la cama, Erica la penetró hasta el fondo. Una y otra vez el falo entraba y salía, y el culo de la follada, sonaba como tambor. ¡De qué manera la amaba! Si ni su marido pudo penetrarla así jamás. ¡No pares, le gritaba, que ahora me considero tuya! Ambas mujeres habían mojado mucho ya las sábanas de la cama, pero la acción seguía. Luego, en una bella posición de misionero, la batalla siguió, y el pene falso entraba y salía por el coño de la casada. Mientras esto hacían, Daniela buscaba desesperada la boca de la otra, y cuando la asía la besaba con locura, al fin, se quedaron ambas dormidas, unidas en un tierno abrazo.
    
    Pasaron los días, y las horas en que Daniela estaba en casa ahora eran pocas. Fue evidente la supuesta "amistad" de las dos mujeres. Casi siempre se veían para hacer el amor; todas las tardes se amaban con locura. Pronto, la forma de vestir de Daniela y su pensamiento cambiaron, su romance cada vez era más evidente. Un día, la mujer, abandonó a su marido, y a sus pequeños también, y se mudó para siempre con su amante lesbiana. 
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