1. La leche de Pedro


    Fecha: 16/05/2025, Categorías: Gays Autor: Einar Cano, Fuente: CuentoRelatos

    Mi primera vez con Pedro había sido todo un descubrimiento, por fin había cumplido con mi fetiche erótico, un oso maduro me había metido su polla y yo había alcanzado el éxtasis, había descubierto lo puta que era. Inicié una especie de relación de follamigo con él, tuvimos más encuentros y acabó llevándome a su casa, yo en ningún momento pensé en iniciar un romance pero de momento me iba bien, él follaba como un semental y yo tenía el culo satisfecho, decidí que tenía que cumplir otra fantasía.
    
    - ¿Pedro? – solía llamarlo en los descansos del trabajo.
    
    - ¡Hola churrita! ¿Qué te pica?
    
    - El culo, y quiero que me lo rasques como tú sabes.
    
    - Jajaja,
    
    - Mira, tú has sido el primero y hasta el momento el único en follarme el culo…
    
    - Si…
    
    - Y quiero… cumplir otra fantasía
    
    - ¿Que es…?
    
    - Quiero follar a pelo, quiero sentir como se corren en mi culo, y quiero que seas tú quien me lo llene de leche.
    
    - ¿Estás seguro?, esa es una práctica de riesgo que para nada te aconsejo, incluso aunque confíes plenamente en la persona con la que lo hagas, siempre debes usar condón.
    
    -Ya lo sé, siempre me lo dices pero necesito hacerlo y quiero que seas tú.
    
    Silencio al otro lado del teléfono, Pedro estaba sopesando mi proposición.
    
    - ¿Pedro…?
    
    - Si, estoy aquí, vale, pero porque sé que soy el único con el que has estado hasta ahora, ¿Cuándo podemos vernos?
    
    - Hoy es martes, el viernes tengo turno de mañana en la fábrica, salgo a las tres, llamaré a mi mujer y le ...
    ... diré que los compañeros hemos quedado para comer y tomar unas copas después del trabajo.
    
    - De acuerdo, nos vemos en mi casa a las cuatro.
    
    - Perfecto corazón, nos vemos el viernes.
    
    El viernes estuve nervioso como puta primeriza todo el día, me iban a llenar el culo de leche, sabía que era algo que no debía de hacer, que era peligroso pero necesitaba hacerlo y tenía absoluta confianza en mi semental.
    
    A las cuatro de la tarde estaba llamando a la puerta de Pedro, vivía en una urbanización de chalets pareados, era diciembre y hacía frío, me abrió en albornoz, con una sonrisa en la cara.
    
    - Pasa golfa.
    
    - ¡Qué cabrón eres!
    
    Tenía la chimenea encendida y la casa estaba caldeada, no hacía ni una semana que habíamos follado delante de esa misma chimenea. Bajamos al sótano, lo tenía dividido en dos ambientes, en el más próximo a la escalera tenía un bar muy bien montado, una barra con tirador de cerveza, botelleros para enfriar las bebidas, un pequeño arcón congelador para el hielo, cuatro sillas altas, una zona de estar con dos sofás enfrentados con una mesa baja en medio y una gran pantalla en la pared donde veía los partidos con los amigos, un futbolín separaba esta zona de la otra, en esta segunda tenía una sauna para cuatro personas, un cuarto de baño completo con una ducha en la que cabíamos los dos a la vez, alineadas contra una de las paredes había una bicicleta elíptica, una máquina de remo y una cinta de correr. Tenía calefacción por suelo radiante en toda la ...
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