Diez días cogiendo por el culo a mi cuñada
Fecha: 18/05/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos
... salir cuando vos te bañes y te cambies. Somos adultos…
Sin decir más, se quitó la toalla, quedando en bolas totalmente y se puso una tanga diminuta, una remera y un short.
—Nunca imagine que te pondrías colorado de ver a una mujer desnuda… Me dijo.
—Nunca imagine verte en bolas totalmente, sos mi cuñada…
—¿Entonces que estés colorado es un elogio encubierto?
—Totalmente.
—Gracias…
—Escuchame, Marisa, vos dormí en la cama, que yo duermo en la colchoneta.
—De ninguna manera. Yo entro en este espacio, vos no.
Cenamos y luego de cenar bajamos a contemplar la noche estrellada y tomar un whisky, como yo hago habitualmente a la noche. Y fueros dos vasos los que tomamos. Mi cuñada se puso algo alegre, no muy acostumbrada a tomar. Nos fuimos a acostar y yo lo hice en la cama, y ella como había elegido, en la colchoneta. Por la temperatura, yo solamente con un bóxer, y en la oscuridad vi que ella se quitaba el short y la remera.
A los diez minutos empezamos a escuchar los ruidos de la noche, aves, algunos yaguaretés, y ella de un salto se subió a mi cama.
—Fernando, ¿Qué mierda es eso? Me pregunto asustada, acostada de costado dándome la espalda.
—Animales Fernanda…
—Chistoso, eso lo sé… ¿Cerraste bien la puerta? ¿No entrará ninguno? ¿Hay osos aquí?
—Cerré bien la puerta y no hay osos. Dormí acá, yo voy a la colchoneta.
—Ni en pedo duermo sola.
De a poco se fue corriendo, hasta quedar pegada a mí. Yo ya estaba excitado, y mi pija se ...
... estaba poniendo dura. Sin que lo espere, ella se dio vuelta, y de puso de costado mirando hacia mí. Por las ventanas entraba la luz de la luna y el bulto en mi bóxer era visible.
—Parece que tenes una importante inflamación… Me dijo.
—Marisa, dormite por favor.
—Silvia siempre dice que tenes un buen aparato… y que lo sabes usar como pocos… voy a ver si es cierto.
Y llevo su mano a mi pija y la empezó a acariciar por encima del bóxer. Segundos después la estaba chupando con todo. Yo acariciaba y apretaba sus tetas. Yo gemía y ella no paraba de chuparme. Logre que deje de chuparme y la hice acostar boca arriba.
—No estoy tomando ni traje pastillas. Me dijo.
—Y yo no tengo preservativos.
—Sigo chupando entonces.
—No… tengo otra idea.
La hice poner boca abajo y le empecé a acariciar el culo mientras me masturbaba.
—Acabame en el culo. Dijo Marisa.
Me puse sobre ella y con mis piernas, separé las de ella. Corrí su tanga y acerqué mi pija y ella sintió que la apoyaba en su orto.
—Fer no… así…
Fue lo que llego a decir cuando mi pija empezaba a entrar en su orto. No la había dilatado ni siquiera había puesto un poco de saliva.
—Fer por favor… no…
Yo ya estaba dentro de ella y me empecé a mover. Ella mordía la almohada y lloraba. Yo más me excitaba. Estuve un rato cogiendo ese hermoso culo, hasta que por fin acabé adentro de ella, llenando su intestino con mi leche.
Me acosté nuevamente y la escuché sollozar un rato, sin decir nada. Cuando ...