Mi primer masaje tántrico
Fecha: 19/05/2025,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Gastonlemark, Fuente: CuentoRelatos
... un masaje facial con sus tetas moviendo las con las manos, fue bajando y luego frotó sus senos con mi pecho, podía sentir como el calor de la vulva de aquella chica se iba acercando peligrosamente a la punta de mi acalorado y sediento pene, ella adivinando el esfuerzo que estaba haciendo para quedarme quieto y no tomarla con mis brazos, me miró a los ojos y me dio un beso corto en los labios.
–¡lo estás haciendo muy bien!
Luego ella siguió bajando por mi abdomen, la punta de mi pene tocaba ya su vulva, pero ella moviéndose hábilmente hizo que se fuera hacia arriba y atrás, para quedar en sus nalgas, mientras sus senos seguían bajando por mi cuerpo usados como elementos de masaje por las manos de la chica, mientras más bajaba más presión sentía en la base del tronco de mi pene, estaba cada vez más tirante entre sus nalgas luego, la tensión se convirtió en un dolor tan excitante, cuando el peso de su cuerpo aceitado empujaba para abajo mi rebelde pene erecto, la sensación de que un movimiento en falso haría que mi pene se introdujera en ella hasta lo más profundo, sumado con la suavidad de esos senos, me tenía loco de excitación, pensaba que iba a eyacular en ese momento, y comencé a tratar de pensar en otras cosas.
–no te cierres al placer, deja que te inunde, no tengas miedo, déjalo que tome todo tu cuerpo. Me dijo la chica en el momento exacto que solo la cabeza de mi pene estaba afirmada entre los labios mayores de su vulva, podía sentir como mi glande intentaba ...
... meterse entre ese húmedo y estrecho pasaje, de pronto ella siguió bajando y mi pene fue liberado por su cuerpo, sentí alivio y desilusión de que ese movimiento en falso nunca hubiera llegado. Pronto la chica me masajeaba los pies con sus senos y yo pensaba que ya todo había acabado.
Luego la chica rápidamente volvió a subir hasta llegar a mi cara, y me besó con pasión, su lengua sin ningún tipo de vergüenza se adueñó de mi boca, volví a sentirme en el cielo y el infierno a la vez.
La chica dejó de besarme y súbitamente se dio vuelta poniéndose sobre mi de espaldas, y ahora moviendo sus nalgas comenzó a bajar, mi pene que ya no aguantaba otra oleada estaba duro, cuando su vulva ahora un poco más abierta y anfitriona tocó mi glande, sentí como la mitad de la cabeza de mi verga, entraba entre sus labios mayores, si ella seguía bajando esta vez terminaría yo dentro de ella, luego sentí la mano se la chica acomodando mi verga para que no entrara y quedara acariciando el clítoris de ella, la chica solo bajó unos centímetros antes de sentarse sobre mi, con su mano apretaba la cabeza de mi pene en su clítoris moviéndose ella de forma ondulante, cada vez se movía más y más rico, apretando por un lado con sus manos y por otro con su vulva.
La escuché gemir y de nuevo sentí el calor del líquido que escurría por el tronco de mi pene hasta mis testículos. Fue bajando y bajando, ejerciendo cada vez más presión en mi pene hasta que de nuevo mi pene fue liberado, luego sin clemencia ...