Descubriendo nuevos y excitantes placeres con mi novia
Fecha: 23/05/2025,
Categorías:
Anal
Autor: soyAriel, Fuente: CuentoRelatos
... amor, nadie me enseñó, la vez anterior observé que te gustó mucho que te lamiera el culito y pensé que no sería mala idea que también disfrutaras de esa parte de tu cuerpo. Estuve investigando en internet y descubrí que el punto G en los hombres es la próstata y estimularla puede causar los orgasmos más intensos en un hombre, así que quise comprobarlo y veo que es cierto, aunque creo que pocos hombres se atreverían a disfrutarlo por los tabúes que nos impone la sociedad.
- Tienes razón, es un placer exquisito, intenso, y es cierto que cuesta reconocerlo, la sociedad nos ha metido muchas cosas en la cabeza, y si yo dijera que disfruté como loco con un dedo dentro de mi culo, me tacharían al instante de gay- expresé.
- Pues ya te dije que gay no eres y me lo has demostrado de sobra, ja, ja. Siempre tan caliente y cachondo, creo que debemos liberarnos y disfrutar de nuestros cuerpos, probar de todo, sin barreras morales que nos impidan disfrutar.
- Vamos, tranquilo, mira te voy a dar un masaje, para relajarte, creo lo necesitas, ponte boca abajo.
Obedecí y me acosté en la cama como me pidió.
Se sentó sobre mis piernas, con su coñito justo al nacimiento de mis nalgas, me encantó la sensación, se sentía húmedo y me hacía cosquillas, besó mi espalda y mi piel se puso chinita, dió un suave masaje en mi cuello y fue bajando lentamente por mi espalda, cuando pensé que era el turno de mis nalgas, se levantó y se sentó en mi espalda, continuó con mis pies y siguió con ...
... mis pantorrillas, después con mis muslos, sus manos se adentraban en la parte interior de mis muslos y subían hasta rozar mis nalgas, sentía riquísimo y empecé a suspirar y gemir muy levemente, vuelve a cambiar de posición y regresa a sentarse en mis piernas, a la altura de mis rodillas, por fin llegó el turno de mis nalgas, las apretaba muy suavemente y sentí que nuevamente me ponía un chorrito de lubricante en mi hoyito.
Uno de sus pulgares se posiciona en la entrada de mi agujero y frota suavemente, empuja y mi ano se abre, entra la punta de su dedo pulgar en mi interior, empezó a moverlo lentamente, en suaves movimientos circulares, mordí mis labios para no gemir, empujó el dedo y se hundió completamente en mi interior, no pude contener el gemido de mi boca, lo sacó, aplicó un poco más de lubricante y volvió a enterrarlo hasta lo más profundo, mi culo no ofreció resistencia, mordí mi almohada para no chillar de placer.
- Vaya veo que se abre muy fácil, dilatas muy bien, amor. ¿Te gusta?
Seguí mordiendo la almohada para no gemir, pero asentí con la cabeza, sacó su dedo pulgar y lo reemplazó por su dedo índice que me llegó más profundo y alcanzó mi próstata, arrancándome un gemido.
- Así, disfruta amor, me gusta sentir como aprietas mi dedo, tu colita es tan suave y caliente.
Sacó su dedo y lo reemplazó con dos, entraron profundo, con facilidad, incluso temí que podría llegar a sospechar que no era la primera vez que algo entraba dentro, exclamó.
- ¿Sientes ...