1. Descubriendo nuevos y excitantes placeres con mi novia


    Fecha: 23/05/2025, Categorías: Anal Autor: soyAriel, Fuente: CuentoRelatos

    Era viernes, casi el fin de verano, el día que llegaba Adriana, mi novia, de sus largas vacaciones de mes y medio, mismas que perdí por culpa del virus que infectó mi trabajo final y por el cual tuve que tomar el curso intensivo de verano, lo cual provocó los acontecimientos que ya relaté.
    
    Me decepcioné cuando recibí el llamado de mi novia y me dijo que estaba muy cansada del largo viaje y tenía sueño, por lo que no tuve más remedio que quedarme en el departamento con mi roomie, pero no hubo sexo como tal, ya que estaba en “recuperación”.
    
    Al otro día, temprano, ya que Pablo se había marchado, hablé con mi novia y le compré unas flores, fui a verla a su casa para poder verla después de tan largo viaje.
    
    Me recibió efusivamente y me dio un cachondo beso, largo y tierno, nos dijimos lo mucho que nos extrañamos uno al otro, y entré a su casa. Pasó horas relatándome todas las experiencias que había tenido con sus primos, lugares que visitaron, todo lo que había hecho, los días de playa en el Pacífico Mexicano, en fin, todo lo que vivió en sus vacaciones, me trajo algunos recuerdos de Guanajuato y otros de Rincón de Guayabitos, una playera, una taza, un llavero, un mezcal y algunos dulces típicos.
    
    La invité al cine en la tarde, quería estar sólo con ella, aunque la verdad solo fue para sacar permiso de sus padres, la verdad iríamos a mi departamento y estoy seguro que Adriana también lo deseaba y no mostró sorpresa cuando le di al conductor del taxi la dirección de mi ...
    ... departamento.
    
    Tan pronto entramos, la abracé por detrás, susurrándole al oído lo mucho que la había extrañado, repegando mi bulto entre sus nalgas, quería que sintiera lo cachondo que estaba, besé su cuello y hombros en lo que la fui desnudando poco a poco, la ropa fue cayendo, nos estorbaba, Adriana llevaba un conjuntito de encaje negro muy sexy, estoy seguro que se lo había puesto para la ocasión.
    
    Nos dirigimos a mi habitación, tan pronto llegamos la recosté en la cama, y nos fundimos en un ardiente beso.
    
    - No sabes cuanto te extrañé amor, me hice mil pajas pensando en ti, esperando tu regreso- le dije
    
    - Yo también te extrañé mucho Ariel, pensaba en ti cada día, extrañaba tus caricias, me encanta como me besas y me haces el amor, espero que sea cierto que me extrañaste y no hayas metido alguna piruja aquí- expresó.
    
    - Ja, ja, como crees vida, tú sabes que sólo tengo ojos para ti, puedes estar completamente segura que ninguna mujer se ha acostado en esta cama en tu ausencia (lo cual, a pesar de todo, era verdad).
    
    Se subió encima de mi cuerpo y tomó la iniciativa, me encantaba que lo hiciera, bajó a mis tetillas y las besó suavemente, recorriendo con su lengua mis pezones, mi piel se erizó, no pude contener un ligero gemido, lo cual al parecer le gustó escuchar, ya que empezó a succionar mis pezones con más fuerza en forma alternada, unos chuponcitos breves pero intensos, me estremecí, mis gemidos se hicieron más frecuentes, estuvo un rato jugando con mis ...
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