-
¿Se pudo tener mejor confinamiento?
Fecha: 30/05/2025, Categorías: Hetero Autor: Aries, Fuente: CuentoRelatos
Este podría ser un relato más, una fantasía dentro de un contexto e incluso un buen sueño hilvanado, pero este relato es la experiencia real vivida durante el confinamiento que ahora me atrevo a narrarla. Llevo 5 años trabajando en Madrid. Debido a mi trabajo y turno, las semanas previas a declararse el estado de alarma, empecé a tener más contacto con mi compañera de piso. Ella tenía su pareja por aquel entonces, actualmente no se si continúan ya que nos perdimos la pista. El caso es que yo también notaba mucha más interacción entre ambos cuando coincidíamos en la cocina. Un día por la tarde en la que no estaban el resto de inquilinos, entre a mi habitación y escuche baladas heavys que sonaban en su cuarto. Al aproximarme a mi puerta que estaba frente a la de ellos, escuché con total claridad, los gemidos de ella. Me sorprendí ya que ellos pensarían que estaban solos y ella jadeaba fuerte. En ese momento, pensé en que las baladas heavys no servían para ocultar el gemido tan placentero de ella. Pasaron los días y los encuentros en la cocina se iban incrementando. Ella tenía la costumbre de ir a la cocina con una camiseta sin sujetador que le marcaba sus pezones. Eso me excitaba mucho y hacia volar mi imaginación. Un día coincidí con los dos en casa y me propusieron ir a un famoso local de Alcorcón donde se puede comer y escuchar música en directo. Me pareció una buena idea. Nos fuimos un sábado los tres y la velada estuvo genial. Ese día tras unas ...
... cervezas, noté que ella me miraba de una forma distinta. En un momento que él fue al baño me dijo que anotará su teléfono por si algún día necesitaba contactar, ya que solo tenía el de él porque en alguna ocasión me había pedido que le recogiese un paquete cuando ellos no estaban en casa. Tras ese finde volví a mi tierra en mi semana de descanso. Ella me escribió para ver que tal estaba y decirme que teníamos que repetir lo de volver a ir al garito. En esa semana empezamos a escribirnos por WhatsApp contándonos cosas acerca del piso y de la convivencia con el resto de compañeros, también me habló de su relación y me dejó claro que no estaban pasando por un buen momento. Yo ya había notado que él se iba mucho a su tierra y la dejaba sola en casa algunos findes. Pasaron algunas semanas y la conexión entre ambos iba tomando cada vez más complicidad. Los encuentros en la cocina o el pasillo eran más frecuentes y provocados por ambos. Ella era consciente del juego en el que nos estábamos llevando. Fue un sábado, 2 semanas antes de que se decretara el estado de alarma. Ese día, en casa estaban los dueños del piso. Desde el día anterior estuvimos mandándonos mensajes de WhatsApp que fueron tomando un punto más directo. Desde su habitación a la mía es solo cuestión de abrir una puerta, los dueños estaban en el salón. Ella me escribió preguntando si quería que viniese a mi habitación. Pese a lo arriesgado, le dije que si y en 10 segundos estaba en mi habitación con ...