1. Juego previo


    Fecha: 31/05/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: AnaLaura27, Fuente: CuentoRelatos

    No llevaba mucho tiempo en el bar, apurando una cerveza cuando te vi aproximarte a la puerta. Se me hizo más largo de lo que había sido, imagino que por los nervios y la incertidumbre de saber si al fin nos conoceríamos. Pero sí, después de un tiempo mensajeándonos, dimos el paso definitivo.
    
    Al pasar la puerta del local me doy cuenta que las fotos no te hacen justicia. Llevas un vestido de una sola pieza, que se ajusta a tu cuerpo, resaltando cada curva. Queda un poco por encima de la rodilla, dejando admirar tus piernas bien torneadas. Tú cabello suelto, enmarca un rostro casi angelical, en el que destacan dos hermosos ojos marrones, de mirada limpia, dulce, y una sonrisa que deslumbra y contagia al contemplarla. Es inevitable que el resto no voltee a mirarte mientras te acercas a mi mesa.
    
    Me levanto torpemente, como es habitual en mí cuando estoy nervioso. Nos decimos un hola un tanto tímido y nos damos un beso. Tu dulce y sutil fragancia me invade y se anida en mi subconsciente. Tanto es así, que mientras escribo, por momentos creo tenerte a mi lado. Poco a poco vamos rompiendo el hielo, y la conversación va tornándose fluida, amena, como las que manteníamos a través del teléfono. Después de un rato de charla, buscas dentro de tu bolso, sacas una cajita que dejas en la mesa, me miras fijamente, y me preguntas:
    
    —¿Te acordás que en una de nuestras conversaciones, me contaste una fantasía que te rondaba por la cabeza?
    
    —Si, claro que lo recuerdo, espero no te ...
    ... molestara.
    
    —No me molestó en absoluto —dices mientras acercas la cajita hacia mí, sonriendo mientras te muerdes el labio.— Esto es un regalo, espero que lo disfrutes. Bueno, los dos.
    
    Debo admitir que estoy un poco sorprendido, pero aún sin abrir la caja, se lo que contiene. Dentro hay un mando inalámbrico, que controla un vibrador que llevas dentro de tu tanga.
    
    —¿Estás segura? —te pregunto.
    
    —Totalmente, aunque reconozco que estoy un poco nerviosa —dices sonrojándote levemente.
    
    Al ver venir al mozo hacia nuestra mesa, retiro la caja y la meto en el bolsillo de mi saco. Pero no todo queda allí guardado, el mando, lo conservo en mi mano, oculto a la vista de miradas curiosas.
    
    Una vez a nuestro lado, mientras le pides una bebida, yo acciono el juguete que llevas puesto. La sonrisa se dibuja en tu rostro, y no podes evitar un pequeño sobresalto, que no pasa inadvertido para el mozo, el cual te pregunta si estás bien.
    
    —Si sí, me dio un pequeño calambre en la pierna, no es nada.
    
    Al marcharse, me miraste con una sonrisa en los labios y un brillo en tu mirada, regañándome por lo hecho.
    
    —Eres muy malo —me dices con una sonrisa pícara.
    
    —Entonces, tendré que parar —dije.
    
    —No, para nada, es algo nuevo para mí, y excitante.
    
    Esas palabras me dan pie para continuar con el juego. Así que mientras te pregunto cómo ha sido tu día, aumento un punto el ritmo del juguete. Esta vez, estás más preparada, y tu reacción es menos notoria, pero tu sonrisa al responderme ...
«123»