Juego previo
Fecha: 31/05/2025,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: AnaLaura27, Fuente: CuentoRelatos
... confirma que disfrutas del momento.
Nuevamente se acerca el mozo con tu bebida, al depositarla sobre la mesa aprovecha para deleitarse con tu escote, le doy dos velocidades más al vibrador, y no puedes silenciar un nuevo gemido. Le das las gracias, él vuelve a su trabajo tras la barra, no sin antes despedirse con una sonrisa, y una mirada cargada de deseo.
—Parece que le gustas —te digo.
—No sé, quizás, pero ahora mismo, me interesa más gustarte a vos, y sentir —respondes.
—A mi no me gustas —dejo correr unos segundos, en los que vislumbro sorpresa en tu rostro—. A mí me encantas.
Al decirte esto aumenté nuevamente la intensidad, cerraste los ojos y te mordiste el labio para evitar que se te escapase un nuevo gemido, tu respiración se agitaba, tus piernas cambiaban de posición casi constantemente, un rubor se dibujaba en tu rostro.
—¿Qué sientes? —te pregunté.
—Calor —respondiste riend —. Excitación, nervios, quizá un poco de vergüenza o miedo de que se den cuenta. Placer, sobre todo placer. Nunca creí que sería capaz de hacer algo así.
Mientras seguíamos conversando manipulaba el ritmo del vibrador, para que, esos cambios fueran llevándote poco a poco al éxtasis final, pero intentando hacerlo durar el máximo de tiempo posible, para deleite de ambos.
Después de jugar con la intensidad del vibrador durante este tiempo, y con el morbo que sientes por estar expuestos en cierta manera, la excitación está llevándote prácticamente al clímax, se nota en ...
... tus gestos corporales, en cómo te muerdes el labio para callar cualquier gemido delatador, tus piernas se cierran impulsivamente, cada vez que sientes el latigazo del placer en tu intimidad. A medida que te acercas al éxtasis final, te resulta más difícil ocultarlo, de ahí que, no sin una sonrisa pícara en tu rostro me digas:
—Si seguís así, vas a hacer que me corra aquí mismo, me tenés tan excitada, que no creo que pueda evitar gritar.
—¿Nos vamos a otro lugar entonces? —te digo.
Asentís con la cabeza mientras gemís al sentir un nuevo cambio de intensidad. Nos levantamos, mientras nos dirigimos hacia la salida, aprovecho para avivar aún más la situación. Esta vez, tus piernas flaquean levemente y te aferras a mi brazo aún más, clavándome las uñas en el. Una vez en la calle nos dirigimos a mi coche, estacionado un poco más retirado de los demás.
Antes de dejarte subir a él, te apoyo sobre una de sus puertas , aparto un mechón de tu cabello, acaricio tu cuello con el dorso de mi mano, nuestras intensas miradas no necesitan palabras que expliquen lo que anhelan. Por primera vez, nuestras bocas se encuentran, nuestras lenguas se exploran, se unen en un baile de sensaciones. Mis manos acarician tu cuello, tu espalda, tus caderas. Aunque me cuesta hacerlo, me separo de vos para abrir la puerta y permitir que subas al coche. Una vez instalados vuelven los besos, las caricias, los gemidos, la urgencia de sentirnos el uno al otro. Tu mano se dirige al cierre de mi pantalón, ...