Cogida con permiso
Fecha: 02/06/2025,
Categorías:
Intercambios
Autor: Webmonster6910, Fuente: CuentoRelatos
... con su mano. Sin brusquedad deslizó sus dedos sin dejar de tocar mi piel. Aquello casi me venció por lo caliente que estaba, pero yo mantuve las piernas cerradas aunque, obviamente alcanzó a confirmar que no traía panty.
- Eres una cabrona – me dijo, a lo que respondí - No soy cabrona ¡soy obediente! a veces… aunque normalmente me guste controlar la situación. Aquello no lo detuvo y siguió tratando de tocarme entre las piernas. No dejaba de ser rico y excitante sentir sus dedos tratando de llegar más lejos.
- Tranquilo – le dije – Todo a su tiempo. Tenemos la noche entera para hacer lo que queramos.
Tomé su mano y la llevé a mi pecho para que sintiera que no traía sostén tampoco. Masajeó por un momento pero luego metió su mano por encima del escote hasta que alcanzó a juguetear con uno de mis pezones. Yo empecé a jadear pero en ese instante cambió la luz a verde y seguimos nuestro camino.
Llegamos al motel y como siempre en sábado por la noche, había una fila de varios autos esperando a entrar. No sé a los demás, pero ese momento me parece muy excitante. Estar en el coche, con muchas ganas de coger, sabiendo que va a pasar en un rato más. Saber que los que están en los demás coches vienen a lo mismo o, que tal vez, ya están en lo mismo, como ha pasado en mi caso muchas veces. En esa reflexión estaba mientras Alonso, sin perder el tiempo, comenzó a fajarme ahí mismo. De tanto en tanto platicaba. Nunca hemos sido de besarnos mucho en la boca, pero sus manos ...
... fuertes se sienten rico cuando me manosea toda. Ya en ese punto, mi vestido estaba prácticamente todo enrollado en mi cintura mientras me acariciaba y seguía intentando meterme su mano entre las piernas, aunque yo seguía sin separarlas. Podía sentir su desesperación y eso me excitaba más. Lo dejé desde el principio ponerme la mano en cualquier otro lugar que quisiera y pues, yo aproveché para desabrochar su pantalón y liberar su inmenso falo. Es delicioso hacer eso en plena calle, y lo es más en un lugar donde sería ridículo que alguien reprochara lo que está pasando. Empecé a masturbarlo un poco. Me encanta ver el tamaño que logra en unos segundos. Me estaba excitando peor de estar ahí en el coche, todavía en la parte de afuera del motel, pensando que podían vernos y al mismo tiempo recordando todas las veces que estuve antes en el asiento trasero fajando o cogiendo bajo la mirada de Web al volante. Alonso apretó con su mano la mía con la que lo estaba masturbando para hacerme acelerar los movimientos. Estaba pensando en inclinarme porque sentía unas ganas enormes de poner su miembro en mi boca, pero en eso entró mensaje de Web preguntando si ya había recogido a Alonso. No resistí la tentación y le mandé una foto de la mano de Alonso tratando de meterse en mi entrepierna.
- No seas malvada, deja que meta sus deditos - me escribió.
Yo apenas consciente por la excitación le respondí: - ¡No quiero sus dedos! ¡quiero su verga! le pude medio escribir mientras Alonso seguía ...