1. Otro trío sexual en la ducha, con Gonzalo y Diego (parte 5)


    Fecha: 03/06/2025, Categorías: Gays Autor: Dayenorius1, Fuente: CuentoRelatos

    Tras magrearnos y morrearnos entre los tres, bastante sudorosos, nos fuimos a duchar con Diego y Gonzalo, el camarero y dueño de casa.
    
    El baño era de palacio, a mi modesto criterio. Muy amplio, dos lavabos con un gran espejo panorámico, inodoro y bidé separados, bañera para dos personas, con duchas y duchadores en cada extremo, generosamente provistas de gel de baño, champú y crema enjuague para el pelo.
    
    Nos metimos los tres a ducharnos enjabonándonos mutuamente los cuerpos, principalmente metiendo mano en las nalgas y los genitales, para horadarnos los culos y sobarnos las pijas y los huevos alternativamente, lo que nos puso bien cachondos de nuevo.
    
    Yo no podía parar de pajearlos afanosamente, mientras ellos me metían sus dedos enjabonados en el culo que los recibía generosamente dilatado por sus respectivas cogidas previas. Decidido a pedir y ofrecer más sexo, una vez que nos lavamos el pelo, empezamos a besarnos apasionadamente, dando y recibiendo lengüetazos profundos que nos quitaban el aliento.
    
    Generosamente, Gonzalo apoyó sus manos en la grifería de un lado, dejando su precioso culo en pompa a disposición de mi poronga nuevamente dura y palpitante, por lo que no vacilé en tomarlo de su estrecha cintura y apoyarle mi glande enjabonado en la entrada de su ano rosadito y anhelante. Muy suavemente fui empujando para penetrarlo sin que le doliera, lo que conseguí con relativa facilidad casi enseguida, llegando hasta el fondo de su cavidad que envolvía ansiosa y ...
    ... cálidamente mi pija y arrancándole gemidos de placer.
    
    Me quedé quieto y me apoyé sobre su espalda para lamer y besar su cuello y luego darle un chupón de lengua bastante prolongado, mientras él empezaba a menearse muy lentamente, dilatando y contrayendo su ano a un ritmo enloquecedor, empujando su cuerpo hacia atrás y haciéndome inclinar a mí también hacia el lado de Diego.
    
    Éste no desaprovechó la ocasión, me abrió los glúteos y hundió su miembro erecto en mi culo como un cuchillo caliente en un pan de manteca. Lo recibí gustosamente con un estremecimiento de placer que me obligó a empujar más mi pija dentro del culo de Gonzalo y Diego empezó un rítmico meta y saca que acompañé hasta llegar a acompasar la cogida suya con la mía a Gonzalo, que movía su pelvis y su cintura como una bailarina oriental, llevándome a un éxtasis casi insuperable.
    
    Pensé que nos íbamos a correr enseguida, pero las anteriores cogidas y mamadas, nos permitieron más de diez minutos de acometidas más placenteras que furiosas, besándonos continuamente, mientras arqueábamos nuestros cuerpos para atrás o nos inclinábamos hacia adelante para alcanzar la boca de nuestros amantes.
    
    Yo sólo había acabado una vez esa noche y aunque no quería que se terminase nunca ese trío lujurioso, fui el primero en notar el cosquilleo de la inminente eyaculación, grité con voz ronca
    
    -¡Voy a acabar! ¡Voy a acabar!
    
    y tras varias estocadas más en el precioso culo de Gonzalo tuve varios espasmos y lancé chorritos ...
«12»