Como me cogi a mi madre
Fecha: 04/11/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Les contare una historia verídica.
Me llamo Javier y mi fetiche siempre ha sido la ropa interior de mujer.
Tengo 18 años y me siento atraído por las relaciones incestuosas, me he pajeado pensando en mis tías, mis primas, hasta con mi abuelita, pero más con mama, ella se llama Dolores y me pajeo con sus calzoncitos.
Ella tiene 32 años y es de piel apiñonada y tersa, tiene unas tetas de tamaño mediano, estrecha cinturita, vientre plano (parece que le metieron un tablazo) y un delicioso culito que es el motivo más grande para mis pajas.
La atracción hacia mi madre la tengo desde hace varios años, creo que empecé a calentarme con ella desde los 10 o 11 años cuando empezaba a buscar sus calzones en el baño o en su cajón para olerlos y masturbarme con ellos, cada vez que me pajeaba me venia en ellos, pensando que se los iba a poner con mi esperma y hasta llegue a pensar que podría embarazarla de esta forma y eso me sobrecalentaba.
Llegue a espiarla cuando se bañaba lo hacia por la ventana del baño que da a la azotea, ella tenia 31 años y yo 15 cuando la espié por primera vez. Recuerdo que vi que mi mama iba a bañarse y de inmediato me subí a la azotea para poder observarla.
Ella estaba desvistiéndose frente al espejo del baño; primero se quito el brassiere y empezó a masajearse los pechos de una manera tan rica, que hizo que mi verga se pusiera enorme y muy dura, me encantaba como se acarariciaba y por lo visto a ella también, ya que vi como cerraba sus ojos ...
... como anhelando que le estuvieran mamando sus tetas, sus pezones se pararon y se pusieron duros como mi verga, me hubiera encantado estar frente a ella para poder mamarle sus tetas y morderle sus pezones.
Yo estaba disfrutando de aquella maravillosa escena cuando de pronto voltio hacia la ventana y pensé que me había visto, en ese momento escuche que abría la regadera y eso me tranquilizo pero espere unos minutos para volver a asomarme. La verdad yo creo que realmente si me vio y disimulo no saber que yo la espiaba, ya que al volver asomarme la vi bajo la regadera, se estaba bañando con todo y calzones, y note que se enjabonaba de una manera mas cachonda y volteaba disimuladamente de reojo a la ventana como para cerciorarse si aun me encontraba ahí, poco después se voltio dando la espalda a la ventana y empezó a bajarse el calzón de una manera muy sensual y se agacho para sacárselo al mismo tiempo que me permitía apreciar sus deliciosas nalgas, las cuales ondulaba cachondamente, también pude ver aquel hoyito que tanto anhelaba en mis pajas. Ahí estaban esas nalgas en todo su esplendor, eran casi perfectas redonditas, respingadas y duras con ese culito, ese hoyito rozadito, que me gustaría rozarlo con verga y ponerlo mas rozadito.
Voltio de nuevo a la ventana e inicio un masaje en su panochita cerrando sus ojos y suspirando.
Yo estaba tan absorto en aquel panorama y en mis pensamientos incestuosos, cuando me sorprendió un grito de mi madre pidiéndome que fuera. Como pude ...