100 pesos bien invertidos (parte 2)
Fecha: 03/06/2025,
Categorías:
Transexuales
Autor: JuanPablo82, Fuente: CuentoRelatos
... estuve a su alcance comenzó a besar mi boca, mi cuello y mordisquear mi oreja. Yo disfrutaba mucho pues siempre me ha gustado mucho el juego previo y, por otro lado, tenía la idea un poco inocente que las prostitutas no besan. Me sentía halagado por sus atenciones pues daba por hecho que lo hacía 100% por placer y eso duplicaba la excitación de estar con ella.
Sus manos tocaban, al tiempo que nos comíamos a besos, mi miembro por encima del pantalón. Yo, ya más en confianza, comencé a hacer lo mismo, buscando la firmeza entre sus piernas. Me encantó jugar con su pene, tan distinto al mío. No es que sea particularmente grande, pero me han dicho que es grueso y cabezón. Mi glande sobresale de mi pene cuando sale del prepucio completamente. El pene de Morena era mediano, de unos 13 o 14 cm, delgado como mi dedo pulgar y su glande también era pequeño. Tocarlo, si me permiten la comparación un tanto lírica, era como tocar una piedra caliente forrada de seda. La piel de su prepucio era suave y el resto de su miembro estaba perfectamente depilado. Ella gemía dentro de mi boca mientras la tocaba.
Con su lengua en mi boca comenzó a liberar mi erección y acariciarla poco a poco. Me sonrío, como alguien a punto de hacer una travesura, y comenzó a lamerme sin condón. Pudo más la tibieza de su lengua recorriendo mi glande y la dejé hacer, pese a que me daba cierta intranquilidad no usar protección. La sentía inclinada sobre mi regazo y acariciaba su cabello negro y lacio. La ...
... empujaba con suavidad y ella me engullía por completo. De nuevo sentí su saliva inundando mis testículos. Ante mis gemidos de placer, ella cambió su posición, estando ahora de rodillas frente a mis piernas abiertas. Comenzó a succionar despacio mis testículos y juguetear con su lengua sobre ellos. Y comenzó a masturbarme.
Quise detenerla para no correrme antes de tiempo, pero al darse cuenta, con suavidad, volvió a engullir mi miembro hasta el fondo de su garganta y con sus uñas arañaba ligeramente mi escroto. No lo pude evitar, eyaculé y, aun cuando sentí y escuché su arcada, ella no se movió. Dejó que mi semen inundara su boca.
Se relamió los labios y sonriendo me dijo unas palabras que todavía hoy me estremecen, pues recuerdo lo que vino a continuación: "Te voy a cobrar el que te hayas venido en mi boca y no me voy a quedar con las ganas". Acto seguido, con mi semen aun escurriendo, me besó en los labios. Fue extraño saborear mi propia leche, pero lo apasionado de su beso era increiblemente excitante. Sentí cómo escurrió por mi barbilla su beso de semen y saliva caliente. Me tomó de la mano e hizo que me pusiera de pie. Entonces se inclinó sobre el escritorio y se bajó las medias hasta los muslos.
Comencé a besarle su agujero. Pero me dijo que no. Que siguiera mi camino. Fui bajando su tanga de red. Entonces me apliqué sobre sus testículos. Jamás había tenido tal cosa en mi boca. Pero agradecí que al ser la primera vez, fueran unos testículos depilados completamente. No ...