Amor a orillas del tiempo
Fecha: 08/06/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: zaphyre, Fuente: RelatosEróticos
... enigmática. A pesar de su juventud,
intuyó que había algo más en ese fugaz intercambio visual.
Los pasos de ambos continuaron llevándolos en direcciones opuestas,
alejándolos uno del otro. El crepúsculo se intensificaba, y las luces de la
ciudad comenzaban a encenderse en la lejanía. A pesar de la distancia física,
sus pensamientos quedaron entrelazados. Cada uno se preguntaba qué había sido eso que acababan de experimentar.
Días después del primer encuentro en la playa, el destino, caprichoso como siempre,
decidía unir nuevamente los caminos de Isabel y David en el pintoresco paseo
marítimo de la ciudad.
La tarde caía suavemente, teñida de tonos rosados y dorados, y la brisa salada
acariciaba el rostro de los transeúntes. Isabel caminaba lentamente junto a la
barandilla del paseo, con los ojos perdidos en el horizonte. Cada tanto, se
detenía para observar el reflejo dorado del sol en el mar, sumergiéndose en sus
pensamientos más profundos.
Mientras tanto, David paseaba con su característico desenfado, los auriculares
en los oídos y la música fluyendo a través de su mente inquieta. Su mirada
erraba por los edificios antiguos y las coloridas casas de la ciudad,
maravillándose con la belleza del lugar que ahora consideraba su hogar temporal.
Cuando sus trayectorias se cruzaron nuevamente, ambos se dieron cuenta de la
coincidencia. Esta vez, no hubo un breve vistazo, sino que sus miradas se
encontraron y se ...
... sostuvieron por más tiempo. Un silencio vibrante flotaba en el
aire mientras se observaban el uno al otro, como si el universo estuviera
tejiendo una conexión indeleble entre ellos.
La música que acompañaba a David se desvaneció, y sus pasos
lo llevaron sin esfuerzo hacia Isabel. Ella sintió un cosquilleo en el estómago
y una mezcla de emociones revoloteando en su pecho. A pesar de la reticencia
inicial, se dejó envolver por esa mirada intensa que parecía indagar en lo
más profundo.
A escasos metros de distancia, el tiempo parecía congelarse nuevamente. Pero
antes de que pudieran pronunciar una sola palabra, un pequeño grupo de niños
emocionados se interpuso en su camino, corriendo y riendo mientras disfrutaban
de la playa cercana.
El instante mágico se rompió, y David y Isabel intercambiaron una sonrisa
tímida. Decidieron que no era el momento adecuado para presentarse, quizás
temerosos de lo que esa conexión inexplicable podría significar. Cada uno
siguió su camino, pero sus mentes se quedaron con el eco de ese encuentro,
preguntándose qué les depararía el destino.
Esa tarde, mientras los últimos rayos del sol se despedían en el horizonte,
David encontró un viejo libro abandonado en uno de los bancos del paseo
marítimo. Lo recogió con curiosidad y, al abrirlo, descubrió que era una novela
clásica. Un presentimiento fugaz lo hizo sonreír, y decidió llevar el libro consigo, como si fuera un regalo del destino.
El universo ...