Huérfana apadrinada - Relatos Eróticos

Huérfana apadrinada

En ese lugar iban gente de alta cuna a hacer caridad,un día llegó un matrimonio, o parecían matrimonio y pidieron ser mis padrinos, generalmente iban los dos y me sacaban a pasear, al cine, y así además me vestían con ropa linda que siempre elegía mi padrino, desde los calzones a los primeros sujetadores de mis pechos que crecían.

Lo raro es que ella no vivía con él y así todos los fines de semana yo dormía con mi padrino que me dedeaba en la rajita y el culo haciendo sentir muy bien, a los 14 años debía dejar el orfanato y me fui a vivir a la casa de mi padrino, no en la ciudad sino en el campo.

Entonces supe lo que era convertirme en mujer o mejor dicho en puta esclava sexual.

Llegué el primer día y me dijo que en casa nada de calzones ni sujetadores de tetas, usaría unas especies de vestidos que tenía adelante y atrás velcro para que no me viera el servicio sin ropa. La gente era de los alrededores y se iban temprano dejando todo listo hasta llegar a la mañana siguiente, la casa tenía un tercer piso al que no se podía acceder sin autorización.

Bien luego de recibir las instrucciones fuimos al dormitorio de mi padrino y sin más preámbulos me desnudó y tendida en su cama me empezó a besar desde la frente, la cara, la boca metiendo su lengua adentro, mientras sus manos expertas estaban en mi sexo haciendo gemir de pasión y calentura. Pero no me cogía seguía besando mi cuerpo, jugando con su lengua haciendo círculos en mis pezones, me los succionaba, los mordía, ...

... seguía a mordisquitos por mi vientre hasta llegar al pubis que tenía un vello juvenil aún, de ahí a comerme la concha y seguir hacia el culo donde ya sus dedos jugaban dentro haciéndome doler, volvío a la concha y su lengua chasqueaba en ella, yo me retorcía de placer y gemía.

Sin mediar palabra, levantó mis piernas abiertas hacia sus hombros y me penetró, grité pues su verga era gorda, muy gorda y la cabezota lo era aún más! Pero no le importó y mientras yo gemía en mezcla loca de placer y dolor me ensartó en su falo rompiendo mi himen de una estocada, ahí se quedó un rato, la respiaración alterada y de pronto sacó su ariete de mí y me lo puso en la boca para que lo limpiara de mi sangre, lo lengueteé lo mejor que pude y vovió a embestirme, pero esta vez no paró hasta mucho rato en el cual yo sentía que moría de placer manifestando en quejidos casi aullidos más de siete veces! La última sentí como dentro de mi concha se descargaba un líquido caliente que me llenaba el espacio interior. Al fin lo sacó de mí y se tendió a mi lado, jugando con mis tetas.

"Eres todo lo caliente que esperaba putita, vas a pasarlo muy bien en esta casa. ¿Empezaste a tomar las pastillas que te recetó el doctor cuando te llevé luego de tu roja?"

"Sí, las estoy tomando a mediodía padrino"

"Ya no soy tu padrino, en la intimidad me dirás amo, frente al servicio seré Rey, ¿está claro?"

"Sí amo" dije

"Bien, ahora vas a aprender a prender a un hombre"

Se sentó bajó mis tetas y me ordenó ...