La escort y el condón (H, 32) (M, 26)
Fecha: 11/06/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Ya es de noche y ando caliente. Rento una habitación en el motel más cercano. Primer error, hay más variedad de escorts en las mañanas y en las tardes. Una vez instalado escribo a las agencias con las que he tenido buenas experiencias. Algunas no me contestan y otras no tienen chicas disponibles. Segundo error: termino por buscar el número de agencias que no he utilizado o que me han dado malos servicios. Me pasan las fotos de una extranjera que se ve sabrosa. Tercer error: no busco reseñas sobre la chica. Hay un dicho entre los amantes del deporte: con las venezolanas te va muy bien o te va muy mal, no hay puntos medios. Supongo que la calentura es la calentura.
La mujer se tarda más de una hora en llegar al hotel. Cuando entra a al cuarto, descubro que sí, es muy hermosa pero las fotos están algo retocadas. También que ella, no lleva la ropa sensual con la que anuncian, sino un pijama y tenis.
Le doy el dinero, no es barata su cuota. Ella me pide el extra del Uber. Yo se lo doy, a pesar de que no me lo mencionaron en la información que me dieron. Presiento que esto no va a terminar bien. Me advierte que no da besos en la boca, no la chupa, no deja que le agarren las tetas muy fuertes y tampoco se deja meter dedos en el coño. A pesar de que en sus servicios anunciaba: trato de novia, besos de lengua, masaje, baile erótico y oral al natural.
Ella no se baña, se despoja de la ropa sin ninguna sensualidad y se tira en la cama. Y escribe por teléfono. Yo me acuesto a su ...
... lado y la empiezo a acariciar, ella no me presta atención. Le tomo su mano y se la pongo en mi verga para que me la jale. Ella lo hace sin prestar atención mientras mira el teléfono.
Cuando se me pone dura, me pongo un condón. Ella se sube y empieza a cogerme con movimientos mecánicos. Su mente está en otra parte. Le intento agarrar los pechos pero ella, con un movimiento muy sutil me quita las manos y me las pone en su cintura. De repente se detiene y toma el teléfono para ponerse a escribir mientras me está cabalgando.
La erección se me baja. La cagué con esta mujer. Me quito el condón. Lo más recomendable y saludable, cuando se pierde la erección y, después se vuelve a poner duro, es usar un preservativo nuevo porque se puede salir o romperse.
En la cama yo me masturbo mientras la veo en el espejo del techo y ella sigue ocupada en su celular. Es ridículo, ya no hay placer, sino más bien, una obligación que se me vuelva a parar. Definitivamente no lo estoy disfrutando.
Cuando la verga se me vuelve a parar, ella me da otro condón y se pone de perrito.
—Perdón, es que pedí comida de Uber Eats y estoy esperando que llegue, pero tú síguele —me dice a cuatro patas.
Yo la agarro de las nalgas y le doy. No gime ni hace ningún ruido al sentirme, sigue ocupada en el celular mientras yo me la cojo.
Esto está de la verga, después de un rato me rindo, ya se me bajó otra vez. Me acuesto en la cama. Ella no me presta ninguna atención. Mi verga es una lombriz flácida ...